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LA SECA: CON EL CARRO PARA MEDINA DEL CAMPO...

CON EL CARRO PARA MEDINA DEL CAMPO
La vendimia se acababa
entre sueldos prodigiosos,
y en Medina se gastaba
en los domingos dichosos.

Con el dinero esperando
para comprar los zapatos,
el abrigo fue dejando
muchos de los buenos ratos.

Cuantas horas de camino
con los sueños delicados,
cada cual tuvo su signo
para lograr sus recados.

Carros llenos de personas
por los caminos trotando,
la gente de aquellas zonas
todos pasaron pensando.

Fueron horas de camino
sin conocer el asfalto,
alguien habló de su signo
sin querer soltar un llanto.

Esperaban en Medina
a los muchos Lasecanos,
que sin ser gente adivina
llevaban fuertes sus manos.

Por La Calle de Padilla
anduvimos muchos pasos,
que sin ser la maravilla
nunca te daba fracasos.

Medina con sus domingos
eran fechas de mercado,
hace quizá muchos siglos
que fue lugar encantado.
G X Cantalapiedra.