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LA SECA: LA NOCHE DE AQUEL FANTASMA...

LA NOCHE DE AQUEL FANTASMA
Las calles todas desiertas a las tres de la mañana, un loco que andaba suelto hizo temblar muchas camas. En aquel pueblo tranquilo, que su gente descansaba, notaron que cierto filo a su gente le asustaba. Una sábana de blanco con un loco en sus entrañas, un hierro sobre las verjas ruidos grandes provocaban. Los hombres poco tranquilos a sus hoces se abalanzan, el loco va fugitivo dando ruido en las ventanas. Fueron días muy seguidos, eran noches que pensaban, los vecinos deprimidos a los guardias avisaban. Pronto surgieron remedios, y al loco lo detectaban, llevándole al manicomio y allí por siempre encerraban. Más algún joven de broma, el oficio le ha gustado, y coge formón de hierro y termina entre sembrados. Las ventanas de testigos, los hierros que son forjados, los vecinos ven castigos en los locos endiablados. Sabanas con agujeros por donde miran los diablos, son hombres aventureros con sus pasos alocados. Noche de fantasmas vivos, miedo se ve en los sobrados, nadie entiende los motivos en aquellos perturbados. La noche daba su miedo en algún hombre cansado, aquel tiempo fue un enredo que dejó sueño cortado. Ya no existen los fantasmas, ni los caminos cerrados, muchas voces hoy reclaman ver los locos encerrados. Aquellas historias viejas tienen nombres hoy borrados, y tan solo quedan quejas de los tiempos marginados. El fantasma se marchaba, sin entender su camino, y el manicomio esperaba para cuidar su mal signo.
G X Cantalapiedra.