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LA SECA: ME CONTARON MIS ABUELOS....

ME CONTARON MIS ABUELOS.
Entre cuentos y verdades mis abuelos me contaron, que, en la esquina de la Calle del Pozo Bueno, un gran Pozo allí cavaron. Con un brocal todo en piedra, de esa blanca formidable, que cierto picapedrero mucho y bien si la adornaron, Lo pago el Ayuntamiento, los vecinos aportaron, cada cual puso trabajo y del pozo disfrutaron, Esquina a la Calle Real, el Pozo tuvo su halago, las cuerdas y ciertos cubos, entre todos lo pagaron. Fueron siglos de paciencia, cubo arriba cubo abajo, el sacar agua fue ciencia que tuvo su buen trabajo. El agua del Pozo Bueno fue como siempre milagro, las gentes todos bebieron sin angustia ni pecado. Eran años de esperanza, de ver el presente claro, de vivir soñando danza sin ver el futuro raro.
Noche y día con el agua, los animales notaron, que el agua de aquel gran Pozo, su sed siempre la calmaron. Han pasado ciertos siglos, el Pozo le condenaron, hoy solo quedan sigilos de muchos años pasados. La Calle del Pozo Bueno no tiene nada marcado, aquel Pozo puso freno a ver el barrio secado. Pozo que marco dulzura, los panaderos le cuidaron, nunca el Pozo dio amargura y su semblante le amaron. Quizá las fuentes taparon aquel Pozo de leyendas, que el agua le acarrearon incluso poniendo vendas. Las historias se eternizan en lugares que recuerdan, aunque parezcan plomizas mucha gente si se acuerdan. Quisieron cambiar el nombre, pero nunca lo lograron, El Pozo Bueno es su nombre que a La Seca le dio amparo. Calle llena de esperanzas, con sus trabajos diarios, donde se viven templanzas sin recordar los calvarios. G X Cantalapiedra.