SE AVALANZABA LA TORMENTA
Era un día de finales de junio, con mucho calor, ya casi metidos en las faenas del verano de 1961. Aquel día era domingo, y la tarde se puso al final con un cielo muy oscuro, las gentes de la Villa esperaban que la tormenta fuera grande, y empezaron los relámpagos, con truenos fuertísimos, y un ambiente aterrador, se dejaron de ver las claridades del cielo, y unas gotas de lluvia medio granizo cayeron, Los relámpagos duraron como algo más de media hora, no dejaron de parpadear iluminando aquel ambiente, que parecía de terror, ya que a la vez empezó un viento que hacía presagiar cualquier incidente, Un grupo de jóvenes estábamos recogidos en el bar “EL ULTIMO SUSPIRO”, lugar donde hoy día está el Centro de Mayores, o sea el llamado “Desguace”, entonces con entrada por la calle Real, allí con un futbolín jugábamos, y otros pasaban el rato jugando a las cartas, La tormenta paso de largo, como una hora después de su inicio, las gentes salimos a la calle, y tan solo quedaba el viento, que arrastraba papeles y porquería, y un polvo que te cegaba los ojos, Esa fecha parece que se me quedó muy grabada. Cuando uno tiene poca edad, y empiezas a vivir la vida de joven, cualquier cosa rara que se cruce en tu camino, la conservas en tu memoria. Digamos que aquella juventud, que esa tarde estábamos en el bar, creo que casi nadie queda viviendo en La Seca, Cada cual buscó su camino, y al final un destino, donde pudiera abrirse una vida más segura en su trabajo. Estamos en junio, y un amigo me comentó hace pocos días, que esas tormentas secas y polvorientas, que rompen muchos tallos y sarmientos en las viñas, eran muy normales en La Castilla Profunda, y que su gente lo tenía asimilado. Espero que no se repita, y ya dice el refrán castellano. Aguas por San Juan, quitan vino y no dan pan.
G X Cantalapiedra.
Era un día de finales de junio, con mucho calor, ya casi metidos en las faenas del verano de 1961. Aquel día era domingo, y la tarde se puso al final con un cielo muy oscuro, las gentes de la Villa esperaban que la tormenta fuera grande, y empezaron los relámpagos, con truenos fuertísimos, y un ambiente aterrador, se dejaron de ver las claridades del cielo, y unas gotas de lluvia medio granizo cayeron, Los relámpagos duraron como algo más de media hora, no dejaron de parpadear iluminando aquel ambiente, que parecía de terror, ya que a la vez empezó un viento que hacía presagiar cualquier incidente, Un grupo de jóvenes estábamos recogidos en el bar “EL ULTIMO SUSPIRO”, lugar donde hoy día está el Centro de Mayores, o sea el llamado “Desguace”, entonces con entrada por la calle Real, allí con un futbolín jugábamos, y otros pasaban el rato jugando a las cartas, La tormenta paso de largo, como una hora después de su inicio, las gentes salimos a la calle, y tan solo quedaba el viento, que arrastraba papeles y porquería, y un polvo que te cegaba los ojos, Esa fecha parece que se me quedó muy grabada. Cuando uno tiene poca edad, y empiezas a vivir la vida de joven, cualquier cosa rara que se cruce en tu camino, la conservas en tu memoria. Digamos que aquella juventud, que esa tarde estábamos en el bar, creo que casi nadie queda viviendo en La Seca, Cada cual buscó su camino, y al final un destino, donde pudiera abrirse una vida más segura en su trabajo. Estamos en junio, y un amigo me comentó hace pocos días, que esas tormentas secas y polvorientas, que rompen muchos tallos y sarmientos en las viñas, eran muy normales en La Castilla Profunda, y que su gente lo tenía asimilado. Espero que no se repita, y ya dice el refrán castellano. Aguas por San Juan, quitan vino y no dan pan.
G X Cantalapiedra.