Y LLAMÓ A SU PUERTA
Era un domingo cualquiera, donde se cruzan los cables, de una fecha pasajera, con problemas destacables. Un hombre lleno de dudas se fue corriendo la calle, con un nudo de amarguras jamás habló del detalle. Logró llamar a su puerta, y nadie le ha respondido, estaba la puerta abierta y se quedó muy perdido. Aquella mujer preciosa que soñó desde chiquillo, quiso que fuera su esposa temiendo perder su brillo. Sin importarle la gente anduvo buscando el signo, de no ser un penitente andando por el camino. Aquella mujer hermosa que derrochaba mil bríos, le dio su razón dichosa y con ello muchos fríos, El tiempo se fue volando, hubo preciosos destinos, la vida les fue marcando los sufridos desatinos. Hoy que pasaron los años, y solo queda el camino, cada cual pasó peldaños sin ser feliz su destino. No valen hoy los calvarios, ni sirven viejos caminos, muchos sueños a diarios no conocen bellos trinos. Aquel hombre equivocado campesino deprimido, nunca podrá ver marcado aquel tiempo muy sentido. Atrás quedaron palabras, sueños del ayer vencidos, nadie soñó con las arras de los amores erguidos. No pidas al viento rosas, ni quieras nuevos caminos, en las horas más dichosas se pueden ver malos trinos. Años que fueron deprisa, amores medio escondidos, pasos que son temblorosos, entre los sueños perdidos. No llames nunca a la puerta, de un amor incomprendido, déjala seguir desierta para no verte ofendido. Cuantas historias pasadas, cuantos vientos mal venidos, en las horas trastocadas quedan sueños abolidos. Que nadie corra la calle, que se pierdan los destinos, es terrible aquel detalle que te anula los sentidos. G X Cantalapiedra.
Era un domingo cualquiera, donde se cruzan los cables, de una fecha pasajera, con problemas destacables. Un hombre lleno de dudas se fue corriendo la calle, con un nudo de amarguras jamás habló del detalle. Logró llamar a su puerta, y nadie le ha respondido, estaba la puerta abierta y se quedó muy perdido. Aquella mujer preciosa que soñó desde chiquillo, quiso que fuera su esposa temiendo perder su brillo. Sin importarle la gente anduvo buscando el signo, de no ser un penitente andando por el camino. Aquella mujer hermosa que derrochaba mil bríos, le dio su razón dichosa y con ello muchos fríos, El tiempo se fue volando, hubo preciosos destinos, la vida les fue marcando los sufridos desatinos. Hoy que pasaron los años, y solo queda el camino, cada cual pasó peldaños sin ser feliz su destino. No valen hoy los calvarios, ni sirven viejos caminos, muchos sueños a diarios no conocen bellos trinos. Aquel hombre equivocado campesino deprimido, nunca podrá ver marcado aquel tiempo muy sentido. Atrás quedaron palabras, sueños del ayer vencidos, nadie soñó con las arras de los amores erguidos. No pidas al viento rosas, ni quieras nuevos caminos, en las horas más dichosas se pueden ver malos trinos. Años que fueron deprisa, amores medio escondidos, pasos que son temblorosos, entre los sueños perdidos. No llames nunca a la puerta, de un amor incomprendido, déjala seguir desierta para no verte ofendido. Cuantas historias pasadas, cuantos vientos mal venidos, en las horas trastocadas quedan sueños abolidos. Que nadie corra la calle, que se pierdan los destinos, es terrible aquel detalle que te anula los sentidos. G X Cantalapiedra.