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LA SECA: CUANDO EL CALLEJÓN DE LA VIDA SE CIERRA...

CUANDO EL CALLEJÓN DE LA VIDA SE CIERRA
Cuando estemos dentro del callejón de la vida, y no tengamos ninguna luz en la salida, no debemos asustarnos, ni buscar tierra querida. Somos cedulas vivientes que caminamos sin rumbo, aunque grite mucha gente veremos el mundo oscuro. Cuando el callejón se cierre, y no tengamos salida, dejemos que nos entierre cualquier ánima querida. No pregonemos temores, ni confundamos la herida, la vida te da clamores y alguna triste partida. Sin saber dónde nos vamos, sin pensar en otra vida, con poco nos conformamos si es triste la despedida. Cuando el callejón se acaba, si nadie te ofrece vida, no pienses que nadie alaba el rumbo de esa partida. Somos humanos soñando, en la noche más sentida, cuando seguimos pensando, no vemos senda querida. La noche viene dejando muchas grises despedidas, la pandemia va llegando en las horas más queridas. Naufragamos sin ver olas, caminamos sin sentido, a veces lloras a solas al ver tu mundo perdido. Poco te animan los sueños, las guerras dejan heridas, no sirve poner empeños en promesas no cumplidas. Estamos pasando días de penosas conclusiones, incluso con noches frías vives las lamentaciones. Estos tiempos de invasiones sin razones ni clemencias, no los vemos soluciones, tan solo gritan las ciencias. Amenazas con temores de pasar a la indigencia, detrás llegan destructores que son pura impertinencia. Clamores solo clamores, hoy viendo la noche negra, existen ciertos motores que son una mala fiera. Quien espera soluciones teniendo mucha conciencia, pudiera tener razones para vivir la obediencia. Nacimos para ser libres, no queremos dictadores, las leyes cuando se escriben ayudan a los temores. Los pensamientos volando, mientras sueñan realidades, las penas llegan marcando muchas tremendas verdades. Como humanos nos sentimos, sobre el suelo caminamos, a veces solo vivimos entre brisas que soñamos. Buscando tiempos mejores, borrando pasos amargos, tememos a los dolores sin usar los sueños largos. El mañana no está escrito, ni el presente va de largo, tan solo sientes el grito que tiene sabor amargo. Me dijeron de pequeño, soñar no es bueno chiquillo, y quise poner mi empeño en lograr ser más sencillo. No quiero gritar al viento, sacando mis conclusiones, ni ver guerra y sufrimiento entre penosas razones. G X Cantalapiedra.