LA SECA: Y SE MARCHÓ DE LA SECA...

Y SE MARCHÓ DE LA SECA
Con su maleta pensando
en otros tiempos mejores,
dicen que se fue llorando
al perder viejos amores.
La mirada al horizonte
y las espaldas cargadas,
el futuro era el resorte
de ver noches encantadas.
Una mañana tranquila
sin apenas dejar rastro,
viendo las viñas en fila
que eran parte del catastro.
Trabajando noche y día
con la conciencia templada,
era pura su armonía,
su fe siempre fue admirada.
El tiempo le dio lecciones
en su camino forzado,
entendiendo las razones
der ser hombre recordado.
Atrás quedaba La Seca
en su valle transitado,
con fechas que fueron tecla
de algún sueño ya pasado.
Cuando recuerda su marcha
y a veces sus grises llantos,
en la nostalgia se engancha
para borrar desencantos.
Algunas horas borrosas
le marcaron su destino,
buscó jornadas dichosas
sin sufrir un mal camino.
Sombras de viejos amores
le hicieron cambiar su signo,
logrando vivir candores
sin sufrir un desatino.
G X Cantalapiedra.