TE OLVIDASTE DEL CAMINO DE LOS PERROS
Como sombras temerosas que recorren los caminos, las amapolas dichosas no quieren cambiar de signos. No te olvides de la historia, ni quieras ser peregrino, que se quede en tu memoria lo que vale un buen destino. Me hablaron de Los Erizos y del Camino Ventosa, en los sueños más plomizos el aire te huele a rosa. Sobran frases delicadas, y faltan bonitas rosas, en las tardes encantadas se viven cosas ruidosas. Por La Poza La Veguilla y El Camino de San Martín, marcha la gente sencilla queriendo lograr su fin. Allí por El Cotarrillo muy cerquita de San Roque, el campo tiene su brillo y se siente cualquier toque. Si miras hacia La Granja, el paisaje se conmueve, La Guija tiende su trampa cuando al viento le conviene. Para pasar La Frontera sin verse nunca orgulloso, El Cuerno marca barrera cerca del Monte Pedroso. Hondo se llama El Camino donde el rayo dejo muerte, siempre el sufrido destino quiere jugar con la suerte…. Voy a recordar una canción popular lasecana…. “Viva el Barco Cuena y La Fuente de La Miel, y Los Castrejones y El Barco de La Mujer, y el Camino de Los Perros que le quedamos atrás, si nos volvemos a casa, saldremos por El Hospital”…. Unas voces lasecanas hicieron sonar sus ecos, eran sombras de campanas que adornaron ciertos flecos. La Seca sigue su marcha cargada bien de leyendas, y la memoria se engancha en cualquiera de sus sendas. Los caminos lasecanos siguen guardando sus nombres, incluso muchos humanos allí se formaron hombres. Los siglos irán pasando con sus buenos labradores, que sus huellas van dejando como perfectos señores. El Camino de Los Perros tiene leyendas marcadas, incluso con fuertes hierros entre fechas señaladas. Los años se van pasando, los humanos van muriendo, la vida nos va dejando mucho lamento sufriendo. G X Cantalapiedra.
Como sombras temerosas que recorren los caminos, las amapolas dichosas no quieren cambiar de signos. No te olvides de la historia, ni quieras ser peregrino, que se quede en tu memoria lo que vale un buen destino. Me hablaron de Los Erizos y del Camino Ventosa, en los sueños más plomizos el aire te huele a rosa. Sobran frases delicadas, y faltan bonitas rosas, en las tardes encantadas se viven cosas ruidosas. Por La Poza La Veguilla y El Camino de San Martín, marcha la gente sencilla queriendo lograr su fin. Allí por El Cotarrillo muy cerquita de San Roque, el campo tiene su brillo y se siente cualquier toque. Si miras hacia La Granja, el paisaje se conmueve, La Guija tiende su trampa cuando al viento le conviene. Para pasar La Frontera sin verse nunca orgulloso, El Cuerno marca barrera cerca del Monte Pedroso. Hondo se llama El Camino donde el rayo dejo muerte, siempre el sufrido destino quiere jugar con la suerte…. Voy a recordar una canción popular lasecana…. “Viva el Barco Cuena y La Fuente de La Miel, y Los Castrejones y El Barco de La Mujer, y el Camino de Los Perros que le quedamos atrás, si nos volvemos a casa, saldremos por El Hospital”…. Unas voces lasecanas hicieron sonar sus ecos, eran sombras de campanas que adornaron ciertos flecos. La Seca sigue su marcha cargada bien de leyendas, y la memoria se engancha en cualquiera de sus sendas. Los caminos lasecanos siguen guardando sus nombres, incluso muchos humanos allí se formaron hombres. Los siglos irán pasando con sus buenos labradores, que sus huellas van dejando como perfectos señores. El Camino de Los Perros tiene leyendas marcadas, incluso con fuertes hierros entre fechas señaladas. Los años se van pasando, los humanos van muriendo, la vida nos va dejando mucho lamento sufriendo. G X Cantalapiedra.