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LA SECA: AQUEL LABRADOR PENSABA...

AQUEL LABRADOR PENSABA
Aquel labrador pensaba tener un hijo estudioso, y con los años lograba ser un vago rencoroso. El labrador humillado al gastarse su dinero, a su campo le ha llevado como cualquier mal obrero. El hijo mal estudiante solo le gusta el dinero, y pensó ser arrogante en su caminar de cero. El labrador ofendido del estudiante fulero, no quiso verse perdido al ver aquel mal obrero. El labrador que pensaba con aquel hijo estudiante, en las dudas se amargaba sufriendo cualquier instante. El diablo que nunca para le visito por la noche, y le habló con voz muy clara, que al vicio pusiera broche. Aquel hijo era su ruina al gastarle su dinero, y pensó ver la colina del vicio y el embustero. Quiso frenar las maldades que en las noches le perdían, el hijo no da verdades y las drogas si corrían. El labrador enfadado, al ver tan grande tormento, quiso ocultar el recado que solo da sufrimiento. El hijo como una siena, se revolvía diciendo, el dinero te envenena y lo seguirás sufriendo. La droga le machacaba al hijo que fue su anhelo, y muy pronto terminaba en algún penoso vuelo. El labrador fue llorando, su pena la lleva dentro, el hijo se fue drogando al ser la muerte su centro. El labrador con coraje de no tener hijo bueno, se pregunta si hay anclaje para no comprar veneno. En las noches más amargas cuando se ven los silencios, ves las vidas que se embargan queriendo buscar desprecios. Hay misterios que se funden en los lugares eternos, y personas que confunden lo que pueden ser infiernos. El labrador lamentando aquel calvario sin freno, se quedó medio llorando al ver de cerca el veneno. Sin estudios ni promesas, existen caminos ciegos, donde las dudas regresan sin precisar nunca pliegos. El labrador que llorando le pregunta al dios del cielo, porqué se me fue volando si al hijo le di consuelo. Sin respuesta ni cumplidos, como un ser en otro suelo, hay seres que están perdidos y jamás levantan vuelo. No le grites en la noche, ni le mandes más dinero, el solo se puso el broche a su vivir trafullero. Nadie se sienta culpable, si el hijo fue un embustero, en su mal irremediable tuvo su mal compañero. Ya no vale romper fotos, ni mandarle el vil dinero, tampoco ponerle cotos aquel humano embustero. G X Cantalapiedra.