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LA SECA: Y MAÑANA SAN ANTÓN...

Y MAÑANA SAN ANTÓN
Aquellos burros de entonces con sus cabezadas viejas, sus herraduras pequeñas y las orejas muy tiesas. Eran días congelados, tardes llenas de belleza, amigos ilusionados que no tuvieron torpeza. Entre bromas y amoríos los burros fueron corriendo, eran los bonitos líos que nos iban divirtiendo. Hubo hielos en los barros de las calles frente al templo, donde ciertos animales pudieron correr contentos. San Antón como testigo entre los fríos y vientos, de vez en cuando un amigo nos recordaba sus tiempos. Cartas que fueron llegando a las mozas de aquel pueblo, de burras fueron hablando y de suegras con desprecio. Los años se van pasando, hoy solo quedan recuerdos, dicen que se va añorando el ver los jóvenes cuerdos. Cuando se pasa la vida, cuando recuerdas los muertos, notas la fecha perdida y temes perder alientos. Las ilusiones nos siguen aunque falten los momentos, donde los hombres perciben que ya no les queda alientos. Mañana la mente activa, recordará ciertos muertos, y aunque la fecha motiva, tememos perder aciertos. Hoy solo vemos distancia de caminos recordados, donde brilla otra elegancia para animales marcados. Ya los burros se olvidaron las mulas con campanillas por los campos se alejaron, caballos que relincharon sin entender de quereres otros lugares pisaron. Una calle sin olvido, cuantos sueños se volaron, hubo algún amor querido que los vientos se llevaron. Niños marchar a la escuela no queráis haceros vagos, el tiempo pasa que vuela y no puede hacer estragos. Hoy la memoria nos llama, esas tardes con halagos, donde reinaba la calma y de vez en cuando tragos. No quiero dejar perdidos los tiempos que allí soplaron, ni ver caminos sentidos que nunca les recordaron. G X Cantalapiedra. 16 - 1 – 2021.