EL 25 DE OCTUBRE DE 1964,
Se han pasado muchos años de aquel domingo de octubre, he subido los peldaños como bonita costumbre. Deje La Seca y su entorno al terminar la vendimia, y no pensé en el retorno del viaje sin familia. Fueron fechas muy marcadas para el resto de mi vida, eran palabras buscadas en mi seria despedida. Los amigos que quedaron sin entender de las prisas, ellos solo lo pensaron entre sufridas sonrisas. Cada cual buscó camino, para seguir adelante, atrás se quedaba el signo de ser del campo un amante. Hoy que recuerdo la fecha y sin verla muy distante, no temí ver esa brecha que comenta el inmigrante. Aquel domingo de octubre sin pena marche adelante, ya no recuerdo la lumbre de aquel trago mal pasante. Los recuerdos se amontonan, Madrid ciudad amigable, las penas se solucionan tratando de ser amable. Hoy recuerdos los momentos de sentirme un inmigrante, aunque tuve los alientos de no verme un arrogante. El tren marchaba deprisa, nada sentí ver distante, nada en la vida se eclipsa si sabes ser dialogante. Un veinticinco de octubre que nunca lleve distante, ninguna duda te cubre si sueñas amor constante. Nunca supe de problemas, fueron tiempos saludables, fuimos marcando sistemas entre frases admirables. Me acercaron los caminos, me hicieron bellas las tardes, sin conocer desatinos nunca di pasos en balde. Vivir vida de inmigrante sin complicarte el camino, sin estar nunca distante de la tierra de tu signo. Volver la vista al pasado, no quererte ver hundido, sin sentirte condenado ni verte jamás perdido. Los amores quedan lejos, sin haberlos comprendido, quizá me dieron reflejos para buscar el olvido. Hoy que pasaron los años sin verme jamás vencido, puedo contar ciertos daños de aquel lugar distinguido. La Seca lleve conmigo en aquellas circunstancias, sabiendo que algún amigo nunca uso palabras lacias. Atrás quedaron los sueños sin abrazar la ignorancia, tuve bonitos empeños sin entender de vagancia. Hoy volvería a marcharme sin poner ningún reparo, el ayer es de alegrarme incluso si ser tan claro. Los pensamientos afloran con las fechas de la marcha, sin saber si así decoran el ayer que si te engancha. Siento latir en mi pecho, el tren que llegó silbando, y aquel camino derecho por el que me fui marchando. No quiero olvidar los años de mi juventud soñada, hoy subí ciertos peldaños y tengo vida privada. G X Cantalapiedra. 25 de octubre del 2020.
Se han pasado muchos años de aquel domingo de octubre, he subido los peldaños como bonita costumbre. Deje La Seca y su entorno al terminar la vendimia, y no pensé en el retorno del viaje sin familia. Fueron fechas muy marcadas para el resto de mi vida, eran palabras buscadas en mi seria despedida. Los amigos que quedaron sin entender de las prisas, ellos solo lo pensaron entre sufridas sonrisas. Cada cual buscó camino, para seguir adelante, atrás se quedaba el signo de ser del campo un amante. Hoy que recuerdo la fecha y sin verla muy distante, no temí ver esa brecha que comenta el inmigrante. Aquel domingo de octubre sin pena marche adelante, ya no recuerdo la lumbre de aquel trago mal pasante. Los recuerdos se amontonan, Madrid ciudad amigable, las penas se solucionan tratando de ser amable. Hoy recuerdos los momentos de sentirme un inmigrante, aunque tuve los alientos de no verme un arrogante. El tren marchaba deprisa, nada sentí ver distante, nada en la vida se eclipsa si sabes ser dialogante. Un veinticinco de octubre que nunca lleve distante, ninguna duda te cubre si sueñas amor constante. Nunca supe de problemas, fueron tiempos saludables, fuimos marcando sistemas entre frases admirables. Me acercaron los caminos, me hicieron bellas las tardes, sin conocer desatinos nunca di pasos en balde. Vivir vida de inmigrante sin complicarte el camino, sin estar nunca distante de la tierra de tu signo. Volver la vista al pasado, no quererte ver hundido, sin sentirte condenado ni verte jamás perdido. Los amores quedan lejos, sin haberlos comprendido, quizá me dieron reflejos para buscar el olvido. Hoy que pasaron los años sin verme jamás vencido, puedo contar ciertos daños de aquel lugar distinguido. La Seca lleve conmigo en aquellas circunstancias, sabiendo que algún amigo nunca uso palabras lacias. Atrás quedaron los sueños sin abrazar la ignorancia, tuve bonitos empeños sin entender de vagancia. Hoy volvería a marcharme sin poner ningún reparo, el ayer es de alegrarme incluso si ser tan claro. Los pensamientos afloran con las fechas de la marcha, sin saber si así decoran el ayer que si te engancha. Siento latir en mi pecho, el tren que llegó silbando, y aquel camino derecho por el que me fui marchando. No quiero olvidar los años de mi juventud soñada, hoy subí ciertos peldaños y tengo vida privada. G X Cantalapiedra. 25 de octubre del 2020.