Hace ya tiempo que no oimos más que promesas de como parar la despoblación de nuestros pueblos. Pero a la hora de la verdad los pueblos siguen despoblándose y casi más aceleradamente. La pérdida constante de la población rural, junto con el envejecimiento de su gente son ciertamente un drama. Un drama que lleva consigo otros problemas. Pero aparte de este drama que es latente, tenemos otro en el que somos partícipes. Quisiera llamar la atención sobre el individualismo nuestro, propio. Hoy en día somos autosuficientes. Ya sabemos, si necesitamos algo cogemos el coche y a la ciudad o al pueblo más grande que tenemos al lado, y lo compramos....., en lugar de intentar poner un pequeño comercio e ir a comprar a el.. Además muchas veces nos decimos: para que voy a salir de casa si no voy a ver a nadie. La despoblación y el envejecimiento nos hace débiles, pero el individualismo nos hace estériles, porque las personas hemos nacido para relacionarnos con los demás. Para levantar estos pueblos necesitamos: fortalecernos en lo común, crecer en gestos comunitarios, convivir con nuestros vecinos, compartir lo que nos duele, arrimar el hombro, unir fuerzas, vencer miedos, saber ganar y saber perder para buscar soluciones a los distintos problemas, concsientes de que en la unión está la fuerza y el futuro del pueblo. EL DE PUCELA