CUENCA DE CAMPOS: No es cierto que el sufrimiento nos purifique y nos...

No es cierto que el sufrimiento nos purifique y nos hagamejores, más sabios y comprensivos. Nos vuelve demasiado lúcidos, fríos e indiferentes. La verdadera felicidad no se deja ver como tal.
Las personas sólo tenían un único rango: su carácter.
La pasión siempre tiene un toque melodramático.
La pobreza y la enfermedad cambian de forma sorprendente el valor de los sentimientos y de las complicaciones emocionales.
¿Crees que es posible que un amor se ensanche tanto que después no permita amar a nadie más?
Si ha de ser un drama, que sea fragoroso, que tenga gritos, peleas, que se oigan tanto aplausos como silbidos.
La vida se encarga de tomar las decisiones de una forma maravillosa y sorprendente… y entonces todo resulta sencillo y natural.
En la vida de toda persona llega un momento en que se queda sola y nadie puede ayudarla.
Y entonces te das cuenta de que ésa es la verdadera venganza, la única, la perfecta: ya no quieres saber nada de él, no le deseas nada malo ni nada bueno, ya no puede hacerte sufrir.
Porque la soledad también es una especie de enfermedad, mejor dicho, un estado en el que nos acomodamos, una condición que transforma al hombre en un animal disecado en una vitrina.
Se ve que la tierra natal no es sólo una región, una ciudad, una casa o determinadas personas sino sobre todo un sentimiento. YO



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