Romancero dos de mi abuela Clara, MEZQUETILLAS

Voy a intentar incorporar varios de los romances que mi abuela, Clara Paredes, me contaba cuando yo era un niño, ya que no he podido hacerlo en la página anterior.
Mi abuela los sabía todos de memoria, no tenía apunte alguno, todo estaba ordenado en su cabecita... podía estar todo un día sin parar, contando historias.
Esta pequeña recopilación de romances la realicé en el verano del 1976. Por aquel entonces algunos de ellos ya no lo recordaba con precisión y otros se le habían olvidado sin más... una verdadera lástima.

ALBAHADA DE LOS RECIÉN CASADOS:
A esta puerta hemos llamado con la intención de cantar,
si no quieren que cantemos nos volveremos atrás.
Hemos tenido noticias de que os habéis casado,
mis compañeros y yo la enhorabuena os damos,
sea para servir a Dios y sea por muchos años.

Del cielo ha caído una carta escrita con hierba buena,
la ha enviado Dios del cielo dándoos la enhorabuena.
Del cielo ha caído una carta escrita con tinta verde,
la han escrito tus padres para que de ellos te acuerdes.
Del cielo ha caído una carta escrita con perejil,
la ha enviado Dios del cielo, para que no os deis que sentir.

Buenas noches a la una, buenas noches a las dos,
buenas las tengan ustedes mis compañeros y yo.
A todos los de esta casa la Virgen los acompañe,
y a nosotros Dios del cielo, porque estamos en la calle.

Esta mañana temprano, antes de salir el sol,
os marchasteis a la iglesia a hacer vuestra confesión,
y después volvisteis a casa en compañía los dos.
En casa de vuestros padres la bendición os ha echado,
en presencia de vuestros tíos, primos, parientes y hermanos.
Con gran acompañamiento a la iglesia habéis marchado,
y aquel ministro de Dios a revestirse ha entrado,
y ha salido revestido con la estola, el ritual y la cruz en la otra mano.

A ambos os han preguntado si os queréis por esposos y por amable casados.
Respondisteis, si señor, si queremos y otorgamos.
Al mismo tiempo el padrino las arras os ha entregado:
Los anillos son los grillos, las arras son las cadenas.
El platillo la humildad y la estola la obediencia.

Subisteis la Iglesia arriba con alegría y agrado,
y en la primera gradilla os habéis arrodillado.
Aquel ministro de Dios a revestirse ha entrado,
y ha salido revestido y al altar se ha acercado.
Y luego a tocar a Santos el Padrino os ha llamado,
y con aquella sagrada banda a los dos os ha cruzado.

Hemos de considerar con amor y con agrado que,
también la banda tiene gracia para los casados.
Hemos de considerar con agrado y con amor que,
también la banda tiene mucha gracia y bendición.

Doncella fuisteis a misa pisando ramos de olivo,
ahora ya estás casada, al lado de tu marido.
Doncella fuisteis a misa pisando flores y palmas,
ahora ya estás casada, al lado de las casadas.

Ya te has casado (fulanita), ya te vas de nuestro lado,
te vas al de las casadas, no te despidas llorando.
Ya te has casado (fulanita), ya nos vas dejando solas,
pero no nos da cuidado, que detrás, iremos todas.

Saque la madrina saque, saque la novia a las eras,
que allí se despedirá, de todas sus compañeras.
La madrina de esta boda es delgada de muñecas,
pero nos da cuidado, que tendrá las tortas huecas.
Salga la madrina salga, salga vuelvo a repetir,
con una torta en la mano y en la otra, cuchillo para partir.
El padrino de esta boda es un poco fanfarrón,
se echará mano al bolsillo y nos alargará un buen doblón.

Las mesas son de nogal, los manteles son de lino,
los cubiertos son de plata y los vasos de cristal fino.
Dios bendiga los manjares que pondrán sobre la mesa:
Lo primero digo el pan, lo segundo digo el vino,
lo tercero digo la carne y lo demás que hayan traído.

Toda esta mesa está llena de cuchillos y cucharas,
y luego también estará llena de caballeros y damas.
Toda esta mesa está llena de cuchillos y tenedores,
y luego también lo estará de señoras y señores.

A ti te digo (fulanito) que la tengas bien tenida que,
la han tenido sus padres en el corazón metida.
A ti te digo (fulanita) que no lo des que sentir que,
lo han tenido sus padres guardadito para ti.
A ti te digo (fulanito) que nunca le des que hablar, que
la han tenido sus padres como rosa en un rosal.

Florezcan todas las flores, florezca la del romero,
florezca y viva la fama del señor cura el primero.
Florezcan todas las flores, florezca la de los olmos,
florezca y viva la fama de los padres de los novios.
Florezcan todas las flores, florezca la de la endrina,
florezca y viva la fama del padrino y la madrina.
Florezcan todas las flores, florezca la de la nuez,
florezca y viva la fama del secretario y el juez.
Florezcan todas las flores, florezca la del espliego
florezca y viva la fama de todos los forasteros.

Y con esta me despido de todos los convidados,
Dios les dé mucha salud y que vivan muchos años.

Fin del relato

ALBAHADA DE CASAMIENTO:
Me han dicho que te apalabras, y así lo publica el pueblo.
el día que tú te cases habrá dos cosas a un tiempo:
Mi entierro y tu casamiento.
Mi entierro será muy triste y alegre tu casamiento.

La primera amonestación que en la iglesia se leyere,
fue el primer accidente que a mi corazón le hiere.
Segunda amonestación, yo te puse impedimento,
para que no dieras a nadie palabra de casamiento.
Tercera amonestación, ya perdí toda esperanza
de dormir entre tus brazos, prenda querida del alma.

Miércoles por la mañana te llevaran a casar,
y a mí, entre cuatro cofrades me llevaran a enterrar.
A ti te llevaran a casar con vestidos colorados,
y a mí me amortajarán con un traje franciscano.

Tú irás acompañada del padrino y la madrina,
a mí me acompañaran cuatro velas encendidas.
Tú irás acompañada de tus padres y parientes
a mí me acompañarán cuatro velas solamente.

Cuando a ti te pregunten si lo quieres por esposo…
a mí me estarán cantando… un réquiem o un responso.
Cuando a ti te estén poniendo, el anillo de brillantes,
a mí me estarán poniendo cuatro velas por delante.
Cuando a ti te estén poniendo el pañuelo azul y blanco,
a mí me estarán poniendo los pies en el Campo Santo.

Tú subirás la iglesia arriba con alegría y ullage,
y a mí me estarán cantando un réquiem-cantinpace.
Tú, volverás a tu casa con gran acompañamiento,
y mis padres estarán, con muchísimo resentimiento.
Tú te sentarás a la mesa, comerás y tendrás muchos regalos,
y a mí, debajo la tierra me comerán los gusanos.
A ti te llevaran a dormir en tus sabanas de Holanda,
y a mí siete pies de tierra, me tendrán echa la cama.

Quédate con Dios, adiós... que en el cielo nos veremos,
ya que tus padres no quieren, que en la tierra nos gocemos.

Fin del relato.
(1976)
Muy bonito