LA RASA: DE CAMINO HACIA LA RASA...

DE CAMINO HACIA LA RASA

Para contemplar La Rasa
y sus grandes manzanales,
la vista siempre se basa
en alturas naturales.

Vildé sabe de paisajes
en estos campos sorianos,
sus cuestas tienen anclajes
de los terrenos serranos.

Mirar desde allí La Rasa
es un milagro florido,
el encanto busca plaza
al sentirse convencido.

El pensamiento no entiende
de ver tan tremendo cambio,
el verdor hasta se extiende
pareciendo el campo sabio.

Es el milagro del Duero
en tan poquísimos años,
el cambio traerá dinero
y curará desengaños.

Aquella vieja estación
llena de sindicalistas,
hoy comparte la emoción
de muchas alegres vistas.
G X Cantalapiedra.