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EL BURGO DE OSMA: ERAN SUEÑOS COMPLICADOS...

ERAN SUEÑOS COMPLICADOS
Sobre la tierra soriana existieron siempre sueños complicados, hombres y mujeres con aspiraciones a salir adelante como fuera, para llevar su vida por encima de los humanos normales, Más aquel hombre no preciso nada más que sus sueños para sentirse un soñador por el mundo, inicio su salida de esa provincia el año de 1964, buscando futuro que nunca le llegó a tener, en su bolsillo llevaba dinero de alguna venta que efectuó antes de salir camino de la inmigración, Su marcha no fue a ningún sitio fijo, ni se marcó una meta por delante, estando en Vascongadas y Cataluña, incluso pasando al sur de Francia, sus trabajos eran duros, su economía no mejoraba en el poco tiempo que él aguantaba en esos lugares, Termino en Madrid, conduciendo un TAXI, su trabajo diario era de más de doce horas todos los días, y después trabajo conduciendo un autobús de niños de colegio, Todo tenía sus pegas, y sus normas, y este hombre le parecía demasiado el cumplirlas, Termino con un camión de obras, y sin ver salida a sus sueños, una mañana se marchó a la Calle de Alenza de Madrid, Nº, 20, para subir al autobús de la empresa La Continental, y volver de nuevo a su pueblo soriano, donde tenía su labor agrícola, y dejar los sueños incumplidos, más la esperanza de poder vivir tranquilo, de tener sus fincas labradas y sembradas, y de no aguantar normas y leyes de jefes que a veces le trataron con desprecio, eran sueños imposibles, visiones de películas de ir todo bien, de dormir cada día sin saber que pasará mañana. El hombre al pisar en su tierra sintió como un alivio, era un aire limpio y sin polvo de obras, su llegada al pueblo fue casi apoteósica, los pocos vecinos que quedaban le recibieron con los brazos abiertos, y al día siguiente su tractor agrícola empezaba a funcionar sin demasiados problemas, por una vez pensó, está es mi tierra y mi forma de ganar el dinero honradamente, ya no aguantare a esos jefes déspotas, que lo único que hacen es amargarte la existencia, su mirada se notaba mucho más feliz y la soledad era un alivio para vivir dignamente. Sin complejos ni sueños de riquezas. G X Cantalapiedra.