HACE AÑOS PASANDO POR SOMOSIERRA
Era un día frio del mes de enero, salimos de Madrid camino del Burgo de Osma, Soria, y pasando Buitrago empezó la nieve a correr por la carretera ya autovía, el peligro era inminente, el suelo empezaba a ser una pista de hielo, las cunetas recogían esa nieva voladora, y los limpiaparabrisas apenas daban limpieza en el cristal, el miedo a un accidente era constante, la circulación era mínima, algún automóvil se movía sin estar claro el tiempo que se nos venía encima. Seguimos el camino pasando por Robregordo, y un letrero que ponía uso de cadenas, el pensar en patinar era normal, más saque el liquido de poder circular sin tener que poner cadenas y evitando sobresaltos, tan solo buscando las roderas de algún vehículo o máquina quitanieves, era un paisaje todo vestido de blanco, los barrancos y laderas sujetaban esa nieva voladora que parecía tener prisa sin pegar en el suelo, Con el miedo en el cuerpo, pasamos por el pequeño túnel de la Cima de Somosierra, tratando de llevar una velocidad mínima para poder bajar más seguros, todo se volvía peligroso, y con esa velocidad mínima fuimos perdiendo altura, con algún patinazo sin demasiado peligro, al llegar de frente de Santo Tome, parecía que el blanco se iba reduciendo, aunque el peligro se veía en la nieve helada que estaba en todas partes, decidí seguir el camino hasta Aranda de Duero, para circular más seguro, y no tener que pisar los Altos de Ayllón, lugar frío de la Castilla limítrofe de esas dos provincias frías que son Segovia y Soria, Circule por lo que ahora llaman la Autovía del Duero, aun en construcción, era menos peligroso, aunque de vez en cuando los copos de nieve se dejaban ver, así y todo siempre pendientes de ese tiempo de invierno con los días cortos, y las temperaturas bajas, pudimos llegar al Burgo de Osma, donde las noches se dejan sentir por sus fríos heladores. Y en mi casa con calefacción de gas se puede resistir sin demasiados problemas. Esa zona de Castilla, algunos días son tenebrosos, mejor dicho, pueden ser horrorosos. Aunque sus habitantes están acostumbrados a esas bajas temperaturas. G X Cantalapiedra.
Era un día frio del mes de enero, salimos de Madrid camino del Burgo de Osma, Soria, y pasando Buitrago empezó la nieve a correr por la carretera ya autovía, el peligro era inminente, el suelo empezaba a ser una pista de hielo, las cunetas recogían esa nieva voladora, y los limpiaparabrisas apenas daban limpieza en el cristal, el miedo a un accidente era constante, la circulación era mínima, algún automóvil se movía sin estar claro el tiempo que se nos venía encima. Seguimos el camino pasando por Robregordo, y un letrero que ponía uso de cadenas, el pensar en patinar era normal, más saque el liquido de poder circular sin tener que poner cadenas y evitando sobresaltos, tan solo buscando las roderas de algún vehículo o máquina quitanieves, era un paisaje todo vestido de blanco, los barrancos y laderas sujetaban esa nieva voladora que parecía tener prisa sin pegar en el suelo, Con el miedo en el cuerpo, pasamos por el pequeño túnel de la Cima de Somosierra, tratando de llevar una velocidad mínima para poder bajar más seguros, todo se volvía peligroso, y con esa velocidad mínima fuimos perdiendo altura, con algún patinazo sin demasiado peligro, al llegar de frente de Santo Tome, parecía que el blanco se iba reduciendo, aunque el peligro se veía en la nieve helada que estaba en todas partes, decidí seguir el camino hasta Aranda de Duero, para circular más seguro, y no tener que pisar los Altos de Ayllón, lugar frío de la Castilla limítrofe de esas dos provincias frías que son Segovia y Soria, Circule por lo que ahora llaman la Autovía del Duero, aun en construcción, era menos peligroso, aunque de vez en cuando los copos de nieve se dejaban ver, así y todo siempre pendientes de ese tiempo de invierno con los días cortos, y las temperaturas bajas, pudimos llegar al Burgo de Osma, donde las noches se dejan sentir por sus fríos heladores. Y en mi casa con calefacción de gas se puede resistir sin demasiados problemas. Esa zona de Castilla, algunos días son tenebrosos, mejor dicho, pueden ser horrorosos. Aunque sus habitantes están acostumbrados a esas bajas temperaturas. G X Cantalapiedra.
Mensaje
Me gusta
No