El Burgo de Osma, antigua y
monumental ciudad episcopal, se sitúa al pie del
río Ucero y ofrece uno de los recintos
medievales mejor conservados de toda la provincia soriana. No en vano, la ciudad ha sido declarada Conjunto Histórico-
Artístico.
La formación del núcleo actual de El Burgo de Osma se fraguó a partir del año 1101, cuando el obispo Pedro de Bourges (
San Pedro de Osma) eligió como sede catedralicia un
monasterio ubicado junto al río Ucero, hecho que favoreció el florecimiento de un próspero burgo de comerciantes y artesanos. Esta situación privilegiada se prolongaría durante siglos, llegando en época renacentista a poseer un centro universitario.
LA CIUDAD
MEDIEVAL
El antiguo trazado medieval se encuentra ordenado en torno a la
Catedral, uno de los
edificios religiosos más importantes de la provincia. El templo, de factura
gótica, se levantó en 1232 sobre otro de estilo
románico que había comenzado a construirse en tiempos de San Pedro de Osma. El interior del
edificio conserva abundantes muestras de la obra
románica original, así como un hermoso
claustro del
gótico tardío. Entre sus elementos más preciados, figura el
retablo mayor, obra de Juan de Juni, así como la tumba en
piedra policromada del fundador, San Pedro de Osma. En la sacristía es posible contemplar una importante colección de códices, de entre los que destaca el Comentario al Apocalipsis del Beato de Liébana. Junto al recinto catedralicio, se encuentra el
Palacio Episcopal. Estamos en plena
Calle Mayor, uno de los ejes principales del antiguo entramado urbano. En esta típica
vía se puede admirar una de las estampas más típicas de El Burgo de Osma: la de antiguas
casas sustentadas por
soportales con
columnas de piedra. De aspecto porticado es, igualmente, la
Plaza Mayor, donde se alzan edificios dieciochescos como el
Ayuntamiento y el
hospital de San Agustín, éste último con dos
torres con chapiteles que flanquean su
fachada principal. Las históricas
murallas de la ciudad fueron construidas por el obispo Pedro de Montoya en el siglo XV. La
puerta de San Miguel, que aún se conserva, es una de las varias que permitían el acceso al burgo medieval. Fuera de las murallas, aparece en sus inmediaciones la Universidad de
Santa Catalina, del siglo XVI. Destaca en su
portada renacentista la imagen de Santa Catalina, además de un hermoso
patio interior. Sobre el curso del río Ucero aún pervive el famoso
puente de época
romana y, sobre una colina cercana, el antiguo
Castillo de Osma domina los alrededores de El Burgo. Su recinto externo y la
torre del
agua datan de la segunda mitad del siglo XV, si bien existen pruebas de anteriores fortificaciones en la ciudad ya en el siglo VIII, al encontrarse este enclave en territorio fronterizo entre árabes y cristianos. En esta localidad es posible degustar una suculenta gastronomía, que tiene en los productos típicos de la
matanza sus mejores aliados. Para degustarlos, lo más aconsejable es acudir a las jornadas rito-gastronómicas de la matanza, que anualmente organiza el
Hotel Virrey Palafox y que están declaradas de Interés Turístico. Éstas se celebran los fines de semana de febrero y marzo, y permiten degustar una gran variedad de embutidos y otros derivados del
cerdo. También son típicos los platos a base de
caza (perdices, liebres, codornices, etc.) y
pesca (truchas y cangrejos de río). Todo ello sin olvidar las verduras procedentes de la
huerta del río Ucero, en especial el cardo y las alubias de El Burgo. Mientras, la época
otoñal ofrece los níscalos (tipo de
seta) y
setas de cardo. El Burgo de Osma comparte con el resto de la región castellana otras especialidades culinarias como el cordero a la parrilla, asado o en caldereta, o el
cocido castellano (guiso con garbanzos, carne de cerdo, chorizo, etc.). Y como colofón, la excelente
repostería de la ciudad cuenta con algunos dulces como los harinados o los sobadillos hojaldrados.
ALREDEDORES
Los alrededores de El Burgo de Osma permiten descubrir un entorno de alto valor ecológico. El Cañón del río Lobos, declarado
Parque Natural, cuenta con numerosas
grutas y
acantilados rocosos en los que anidan águilas y buitres leonados. En el interior de este parque también se encuentra la
ermita románica de San Bartolomé, de origen templario. La ciudad se encuentra enmarcada dentro de la denominada Ruta del Duero, que atraviesa otras localidades sorianas. Almazán se distingue por su casco histórico, en el que sobresale su Plaza Mayor, las tres
puertas de su
muralla y varias
iglesias. Berlanga de Duero conserva el Castillo de los Tovar (s. XV), baluarte que conserva dos murallas y Torre del
Homenaje, y la
iglesia-
colegiata de Nuestra Señora del
Mercado, de estilo gótico-renacentista. Siguiendo el curso fluvial del Duero aparece San Esteban de
Gormaz, antigua villa fortificada, y Ucero, en cuya cima se alzan las murallas de su castillo medieval. La ruta no puede finalizar sin acercarse hasta Calatañazor, donde destaca la iglesia románica de Nuestra Señora del Castillo y la muralla, construida entre los siglos XII-XIII. A la hora de buscar
alojamiento, El Burgo de Osma cuenta con varios establecimientos hoteleros. Otra opción pasa por dirigirse hacia la capital soriana, donde se localiza el
Parador de Turismo. Situado en el llamado Parque del Castillo, desde sus instalaciones se puede apreciar una de las mejores panorámicas de la capital y del río Duero.