me lo pedia el cuerpo, o el alma, necesitaba pisar aquellos
paisajes que por los años 70, eran mi zona de ocio, de mis primeros
paseos románticos, de las largas conversaciones con las
amigas, siempre al lado de una
fuente, pues podíamos denominar al
Blacos de entonces como el
pueblo de las mil
fuentes.
LA Fuente negrilla, era la fuente de mi
barrio, era un poco mas mía, ayi siempre bajabamos con cubos a por
agua para los animales, e invariablemente me tropezaba con mis vecinos, que no eran vecinos
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