Compramos energía a futuro



La cueva de la maja es un salón subterráneo con techo de musgo, cardos, guarros, piedras y tierra rojiza.
Ha sido refugio de ovejas y de pastores, pudiendo llegar a ser una atracción de diversión a modo de las de un Parque de Atracciones.

Por otro lado la expresión maja se utiliza mucho en Blacos. Por un lado como elemento de convicción, por otro a modo de halago. A mi parecer también, en ocasiones, con tintes de compasión. Igualmente se usa en masculino.
Ala majas y majos que paséis buen ... (ver texto completo)
Se puede nacer en Blacos, vivir casi un siglo a caballo de dos siglos diferentes, y sin embargo tener muchas dificultades para en el día del adiós hacer una foto fija de su vida. Es lo que pasa con Demetria y Gabriela. Gabriela vivía en Soria después de nacer en Blacos y estar casi toda su vida en Rioseco. Con su viaje, aunque cercano, se llevó casi todas las raíces que la podían sujetar a la memoria del pueblo. En su migración cercana apenas si dejó atrás un tenue recuerdo que se ha ido diluyendo ... (ver texto completo)
Comenzamos a trepar hasta encontrarnos en lo alto del árbol. Allí construimos nuestra casa fantástica donde habitamos hasta que unos adultos nos dijeron que bajarnos de allí. Fue un rato feliz, desde lo alto todo se divisaba distinto. Sabíamos que corríamos riesgo en la altura. Es lo más parecido a un ascenso a una cumbre. La emoción de lo prohibido y de la altura hacían el juego más emocionante para aquellos niños que eramos descubriendo el mundo.
FIESTAS BLANCAS

Estos de la Organización Mundial de la Salud nos han creado un gran problema con decir que las carnes rojas incrementan el riesgo de padecer cáncer. ¿Qué hacemos ahora? Como se puede ver en la foto, tenemos el jamón casi recién empezado y esto nos crea enormes dudas, ¿Qué hacemos? ¿Lo tiramos? ¿Nos lo comemos? ¿Intentamos devolverlo aunque le falte ya una buena parte del lomo? ¿Se lo enviamos a la OMS y pedimos una compensación por daños y perjuicios? ¿Lo llevamos al híper y les ... (ver texto completo)
monteria santiuste soria
Aquel día guisó las lentejas tres veces la misma mañana, y no lo hizo más veces porque de repente se le olvidó como se encendía el fuego. Era el primer eslabón de una cadena de olvidos, porque el primer objetivo del alzheimer es aniquilar la memoria y el siguiente arrasar las defensas de familiares y cuidadores del enfermo. Después de quemar y volver a quemar las lentejas y de hacer cábalas sobre lo que le podía pasar, el neurólogo lo solucionó con una simple pregunta.
¿Sabe qué día de la semana ... (ver texto completo)
hola ALEJANDRO. como creo que sabes trabajo cuidando personas que tienen diferentes demencias, entre ellas la de Alzheimer. Lo que has escrito es tan real, que describe esta enfermedad y sus síntomas con toda su cruel dureza. hace unos días axisti a una conferencia que dio sobre ella un prestigioso neurólogo, y en conclusión dijo lo mismo que tu resumes en tu escrito. y esto es así por que el modo de encarar a esta enfermedad es el sentido común, que es el que junto con toda la información y pautas ... (ver texto completo)
Aquel día guisó las lentejas tres veces la misma mañana, y no lo hizo más veces porque de repente se le olvidó como se encendía el fuego. Era el primer eslabón de una cadena de olvidos, porque el primer objetivo del alzheimer es aniquilar la memoria y el siguiente arrasar las defensas de familiares y cuidadores del enfermo. Después de quemar y volver a quemar las lentejas y de hacer cábalas sobre lo que le podía pasar, el neurólogo lo solucionó con una simple pregunta.
¿Sabe qué día de la semana es hoy?, Dijo que era jueves… pero era lunes. Y el diagnóstico fue tan inapelable como el dolor que recorrió todo el cuerpo de su hijo, que se quedó clavado en la silla como si lo hubiera fulminado el rayo de la amargura. Sabía muchas cosas de la enfermedad y por tanto en ese mismo segundo era consciente del tortuoso camino que se abría al otro lado de la puerta de la consulta del hospital. A veces es mejor la ignorancia, porque el desconocimiento en muchos casos evita los malos presagios. A partir de ahí sus vidas dejaron ser una montaña rusa para convertirse en un tobogán hacia el abismo. Toda las enfermedades son crueles, pero el alzheimer está en cabeza de la clasificación. Los síntomas comienzan a ser visibles antes de que se abra el pozo del olvido. La mirada comienza a perder intensidad y viveza. Te asomas al fondo de sus ojos y no ves nada, no responden a ningún estímulo, no muestran ningún sentimiento. Son los primeros en iniciar el viaje hacia la indiferencia. Después la cara, esa cara activa, expresiva, agradable, se va convirtiendo poco a poco en una máscara casi inerte, en la que las únicas señales de vida son una boca semiabierta, en un abandono de interés, y un pestañeo lento, irregular y como aburrido de su rutina. Donde antes había vitalidad, decisión, sorpresa, alegrías tristeza,... ya no queda ni siquiera dolor. Es como si de repente haces un viaje a la Antártida, saludas a una esquimal y esperas que haga algún gesto de reconocimiento. El abismo comienza a abrirse por los ojos y por la cara y el pozo negro del dolor de los hijos o de cualquier otro familiar, comienza a ser negro y punzante desde sus primeros huecos. En el enfermo se deteriora su físico al mismo ritmo que provoca agujeros en el corazón de los que están a su lado. Ya no hay rutinas, no hay actos reflejos ni hay costumbres. Cada día es una nueva incognita porque el enfermo de Alzheimer se transforma al mismo ritmo que lo azota la enfermedad. Un día se le olvida vestirse, otro día se le olvida tragar, otras veces parece que se ha recuperado y te dejas engañar con una brisa de esperanza... Es un azote continuo a la resistencia física y a la fortaleza moral de los que están a su lado. Llega un momento que esa ayuda no es suficiente, por falta de tiempo, por falta de conocimientos y sobre todo por falta de medios adecuados para que su último paso sea lo más seguro posible. Entonces al dolor de la enfermedad, se une el drama de la separación. Crees que la distancia va a acelerar el olvido y va a progresar en su abandono. Y ni un sólo día acabas satisfecho de lo que has hecho el día anterior. Hasta que te sientes en la oscuridad del sillón y te das cuenta que haces todo lo que está en tu mano y más, te reconoces a ti mismo que estás donde hay que estar y que el enfermo está donde mejor puede estar. Y si al encender la luz y levantarte del sofá no has llegado a esa conclusión, es mejor que tú también vayas al médico, y que llames a otra puerta, distinta de la del neurólogo. Con ello vas a conseguir cierta tranquilidad y mucha seguridad en tu comportamiento. Pero esto no va a impedir que cada día que abandones la planta en la que vive un nuevo puñal se clave en tus entrañas. Al principio sólo duelen pero después empiezan a sangrar. Y cuando sus lagunas en la memoria se convierten en océanos de olvido, resulta ya muy difícil detener la hemorragia. Todo comenzó un día en el que coció las lentejas tres veces, y todo se acabó cuando dejó de reconocer como su nieta a aquella niña rubia que se columpiaba en el parque de la Residencia. Entre una imagen y otra parecía que habían pasado siglos, pero en realidad habían transcurrido poco más de dos años.
Después, cuando le pones perspectiva, te das cuenta que es una enfermedad que pone a prueba a familias completas, que lleva al límite muchas relaciones y que algunas veces hace saltar todas las costuras. Por suerte ahora ya no hay que decirlo desde la experiencia individual, sino que hay hasta guías de comportamiento. Ya es más difícil caer en el error de que simplemente lo malo del alzheimer es el enfermo que los sufre. Ahora hay un conocimiento generalizado de que la familia también sufre la enfermedad. Con otros síntomas y con otras consecuencias, pero no menos graves, y si se gestionan mal con resultados muchos más desastrosos que la pura enfermedad. El enfermo acaba perdiendo la consciencia de su mal, y sin embargo el familiar cada día aumenta su angustia y ansiedad por la situación que está viviendo. Al cansancio físico se une un terrible desgaste mental. Es insoportable ver sufrir a un ser querido, aunque sea un sólo día. Pero sí sufre alzhemir el sufrimiento es mayor cada día. Por eso en estas fechas que se celebra el Día Mundial del Alzheimer quiero destacar el papel de esos cuidadores y familiares que se someten a un examen diario con la seguridad de que nunca van a sacar matrícula de honor. Su esfuerzo, su preocupación, su dolor y sus desvelos son de un mérito incalculable. Antes sólo lo valoraban los que habían pasado por ese trance. Ahora hay un reconocimiento generalizado de ese trabajo e incluso se han dado los primeros pasos para que haya un reconocimiento legal y se contemplen las ayudas necesarias para esas personas que tienen que suspender su vida y su trabajo para dedicarse a cuidar a un familiar. Ojalá sea verdad y yo me alegraría sinceramente de que fuera así, aunque a algunos nos llegue muy tarde.
Por eso, a los que estáis pasando por esa situación, os diría que cuando al enfermo le empiecen a robar su memoria, tratéis de que tarde mucho más en perder sus sentimientos. Y que sentirse en algún momento culpable no sirve de nada, es perder el tiempo, y a ellos no les sobra. Y como lo que importan son los sentimientos, hay un poema que puede poner un poco calor en esa enfermedad descarnada. Lo escribió un enfermo cuando todavía le quedaban señales en su memoria.

NO ME PIDAS QUE ME ACUERDE
NO TRATES DE HACERME COMPRENDER
DÉJAME DESCANSAR
HAZME SABER QUE ESTÁS CONMIGO
ABRAZA MI CUELLO Y TOMA MI MANO
ESTOY TRISTE, ENFERMO Y PERDIDO
TODO LO QUE SÉ ES QUE TE NECESITO
NO PIERDAS LA PACIENCIA CONMIGO
NO JURES, NO GRITES, NO LLORES
NO PUEDO HACER NADA CON LO QUE ME OCURRE
AÚN ASÍ TRATO DE SER DIFERENTE
NO LO LOGRO
RECUERDA QUE TE NECESITO
QUE LO MEJOR DE MÍ YA PARTIÓ
NO ME ABANDONES, QUÉDATE A MI LADO
ÁMAME HASTA EL FINAL DE MI VIDA ... (ver texto completo)
Alejandro, yo recuerdo, bueno por lo que oi o me suena, que mi tío Lagunas era el cabrero, pero a lo mejor era el vaquero. seguro que tu sabrás sacarme de esta duda. permitirme usar tus palabras que en este momento me son muy útiles.

" Pero es bueno recordar que hubo unos años que en Blacos había una empresa en común, que exigía solidaridad y sacrificio, además de entendimiento y consideración." Saludos
Mi memoria sufre ya algunas lagunas y por tanto mis recuerdos no sé si se ajustan a la realidad. Por eso he tirado de mis fuentes y me he llevado una pequeña alegría, porque en esta ocasión el recuerdo es bastante fiel a la realidad. De los años en los que yo hablo de las cabras era cada día un vecino el que se encargaba de pastorearlas a la llamada del cuerno desde la barbacana del patio. Y esos años el tío Lagunas ya sólo se encargaba de tocar el cuerno porque se había jubilado de su oficio de ... (ver texto completo)
A esa hora en la que me peleaba con las legañas para abrir los ojos, sonaba el cuerno en el patio. Era una época en la que los sonidos sustituían a cualquier tecnología. El del cuerno en la penumbra del amanecer pedía a los vecinos de Blacos que llevaran sus cabras a las eras. Y es que en aquellos años todos, o casi todos los vecinos de Blacos tenían alguna cabra, que era fuente de vitaminas esenciales para la alimentación. Cuando todas las cabras estaban en la era un vecino se hacía cargo de ellas ... (ver texto completo)
Alejandro, yo recuerdo, bueno por lo que oi o me suena, que mi tío Lagunas era el cabrero, pero a lo mejor era el vaquero. seguro que tu sabrás sacarme de esta duda. permitirme usar tus palabras que en este momento me son muy útiles.

" Pero es bueno recordar que hubo unos años que en Blacos había una empresa en común, que exigía solidaridad y sacrificio, además de entendimiento y consideración." Saludos
hola jesua, gracias por volver con tus fotos. espero que ya se hayan resuelro esas averias. seguro que para la pòsteridad quedaran estos buenos raros que plasman tus fotos y no las malas historias que no deja de airear, quien quiera que sea.
En la mayoria de las comunidades, llamese pueblo, familia, empresa, pais.. cuecen habas, y siempre ha sido y sera.
pero en el nuestro la balanza se inclina hacia las cosa buenas que tenemos, que son las que hacen que sigamos acudiendo.
Un saludo a todos.
A ver si es verdad que el nuevo alcalde se atreve. aquí cada uno hace lo que quiere eso si en beneficio propio, el pueblo no les interesa a ninguno. A uno le interesan las tierras, a otros el coto, a otros joder a todo el que pueden para sumar menos amigos a los ninguno que tienen. Y detras el troll de verdad, ese señor que mueve los hilos de las marionetas y que al final se rie de las marionetas, del público y de todos. en blacos desde hace muchos años hay un cáncer, aveces dos o tres, que solo ... (ver texto completo)
Todo lo que sea pimplar y jamar se nos da de cojones.
Y hablando de artistas, nosotros, la Peña del Sombrero, tenemos los nuestros, como no podía ser de otra manera. He aquí a nuestro maestro jamonero, ríete de los de Guijuelo y sus alrededores. También tenemos a nuestro maestro asador, al estrujaletras, al discutid@r profesional, al chistos@ empedernid@, al golfista, que no golfo, al intendente, a l@s cocinill@s, autoridades en horas bajas, nuestra matasanos particular, nuestro gay bailador vergüenza ferroviaria, también tenemos algún mueble, muy necesarios en cualquier lugar que se precie, varios especímenes que valen lo mismo para un roto que para un descosido, artistas invitados, que no falten y al maestro probador catador estomago agradecido osea “yo”. ... (ver texto completo)