BLACOS: Es muy probable que a nadie nos haya pillado de sorpresa,...

Es muy probable que a nadie nos haya pillado de sorpresa, pero la suspensión de las fiestas de agosto era algo que todos teníamos in mente. Es doloroso, pero necesario, porque las circunstancias que vivimos deben estar apoyada en el sentido común y en la responsabilidad individual y colectiva. Las fiestas, tal y como las conocemos, son incompatible con lo que se espera de nosotros en los próximos meses, e incluso en los próximos años. Esa celebración en la que todos estábamos juntos, en espacios reducidos prácticamente en cualquier acto del programa. Creo que los más fáciles de celebrar son los actos religiosos, en los que hace ya mucho tiempo que se mantiene la distancia social, pero esto también influye directamente, porque la reducción en la iglesia o en las procesiones, significa aglomeración en otros espacios como pueden ser el bar, las peñas o cualquier otra sombra que permita enhebrar una conversación al ritmo de unas cervezas. Son unas fiestas sociales por naturaleza y corren malos tiempos para la socialización de cualquier tipo. Por eso yo creo que la suspensión de las fiestas es la mejor solución. Y seguro que los que nos acerquemos al pueblos en esos días nos encargaremos de buscar alternativas para mantener la tradición participativa. Espacio tenemos suficiente como para hablarnos desde lejos, saludarnos con la mirada y apoyarnos con el gesto. Y en este sentido hay que que apoyar la decisión de una comisión de fiestas, que seguro que en estos momentos está un tanto decepcionada, porque ha hecho el esfuerzo de organizar los actos que han podido y ahora puede parecer que todo ha sido en balde. Pero no, porque después de ponerse a trabajar se han encontrado con ese muro que les ha impedido ir más allá. Pero afortunadamente las ideas y los proyectos son de las pocas cosas que están a salvo de cualquier pandemia. Y se mantienen en el tiempo a la espera de que "escampe", y poder llevarlas a la práctica. No tienen fecha de caducidad y se pueden aplicar cuando llegue el momento oportuno. Es triste no poder celebrar las fiestas, pero con el tiempo entenderemos que ha sido la mejor opción. Y es que en Blacos, y más en agosto, siempre es fiesta, lo único que tenemos que cambiar es la forma de celebrarla. Ya se sabe que de las crisis siempre surgen nuevas posibilidades.