BLACOS: Confieso que al principio, hasta hace poco, me tocaba...

Confieso que al principio, hasta hace poco, me tocaba un poco las narices la intromisión de un vecino forastero, que por lo general son los más odiados y los más queridos, pero poco a poco me estoy dando cuenta que estás aportando a la página íntima de Blacos, lo que personalmente, desde el principio de los tiempos Informáticos del pueblo, estaba esperando, que alguien aportase; datos e información real, de primera mano, para que los más jóvenes nos podamos hacer una reconstrucción histórica de la vida cotidiana de nuestros más cercanos antepasados, que parece que nos separen siglos cuando en realidad nos separan muy pocos años y sin embargo todo a cambiado tanto que casi no nos podemos reconocer.
Si Ya me impresionó mucho la biografía de las cuatro campanas blaquenses. Que por cierto no se donde he oído contar, que la que está arpada es porque cuando un mozo la estaba volteando, se le voló la boina metiéndose dentro y por no se que efectos de ondas sonoras o vibraciones se rajó. Mucho más me ha gustado la detallada historia del funcionamiento, organización y vida mundana de la fragua.
Hace mucho tiempo en las páginas de esta misma nave, comenté con mucho menos detalle, la existencia de algunos bienes públicos y costumbres hoy desaparecidos o en desuso, que hacían de los pueblos y más concretamente del nuestro, Blacos, ejemplos de organización y de sostenibilidad en la que todo se aprovechaba y todos participaban laboralmente y socialmente de lo que acontecía diariamente, haciendo que los lazos fueran muy estrechos y duraderos, y ser del pueblo era ser del pueblo por encima de todo y de todos, uno de estos lugares efectivamente era la fragua, que por cierto me encanta lo que habéis hecho en La Torre con la vuestra.
Muchas gracias Don Torreblacos.
Aprovecho la ocasión para saludar a todos los navegantes y navegantas del rio Abión, un abrazo a todos.