Entre las ramas, BLACOS

Cuando resulta muy difícil romper ese nudo interior que te ahoga en la nostalgia, suele dar buen resultado echar mano del espíritu melancólico. Te lleva hasta el fondo pero luego, aunque no se sabe muy bien cuando, te va empujando hacia arriba. Experimentas esa sensación agradable de columpiarte en una nube y desde allí, entre algodones, recomponer poco a poco ese espíritu maltrecho. Todo se entiende muy bien con fotografías como ésta. Siempre vemos la ermita de una manera clara, diáfana, sin obstáculo...