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Mejores mensajes de BLACOS:
Cartas de Amor

La verdad es que ya acudo a esta página con resignación, y sin ninguna esperanza de encontrar algo nuevo, un texto, una fotografía, un suspiro, yo que sé…algo que acabe con la triste rutina. Es como en aquellos años del acné de la adolescencia, en los que todos los días nos acercábamos con impaciencia al buzón del portal con la emoción de encontrar respuesta a esa carta que enviaste hacía ya un tiempo. Habías enviado la vida en un poema y esperabas, al menos, encontrar una señal ... (ver texto completo)
Asun, un mar de ternura.

Cuando te asomabas a los ojos de Asun descubrías un mar de ternura. Un mar apacible, sin sobresaltos, de aguas tranquilas que aún así se desbordaban en un océano de humildad y cariño. En esos ojos color esperanza se reflejaba siempre la sencillez de la vida. Hay veces que las palabras tienen su justo sentido, o para ser más exactos, hay veces que algunas palabras parecen tener sentido. Y en el caso de Asun la palabra llena de sentido es la palabra BUENA. Así, sola, sin ... (ver texto completo)
Alejandro muchas gracias por tus bonitas palabras. La define a la perfeccion BUENA con mayusculas. Ana.
Has elegido un seudónimo que no te hace justicia, porque tu no eres perezosa, todo lo contrario, aparte de todo lo que trabajábamos en casa, hacíamos horas extras jugando, compartiendo cada una con su generación horas de confidencias, de expediciones en las que descubríamos y nos descubríamos.
Y a pesar de unos años de diferencia también coincidimos un tiempo de nuestra vida, que para mi son inolvidables y que últimamente hecho de menos. Mil abrazos y mil besos.
Dentro de poco son las fiestas de Blacos y una cuadrilla de pardillos son los encargados de llevarlas a buen puerto. Se hará lo que se pueda y que dios nos pille confesados y bien alimentados.
Continuación: El sillero.

Fueron unos días apasionantes para Blacos los que estuvo el sillero.

Seguro que aun continúan útiles algunas de las sillas que reparó.

Recuerdo su nombre porque estaba en la boca de las gentes.

Su estancia la viví como un hito importante que merecía ser archivado en mi memoria.
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Título: El sillero

Se alimentaba básicamente de las ratas de agua que pescaba en los remansos del Milanos o entre los juncos del Abión. Llegó una tarde de invierno y nos dijo que era sillero. Venía con lo puesto y mi tío Leandro le dejó que durmiera en una leñera que tenía al lado del frontón. Era un maestro con la anea, pero llegó en un tiempo en el que ya habían comenzado a ganar la batalla los tapices de polipiel para las sillas del salón y la formica había extendido su imperio a casi todas ... (ver texto completo)
¡Buenos días! Simplemente decirte que el sillero se llamaba Cipriano.
Ahora que estan de moda los moñas decir que todo pueblo que se precie tiene los suyos. Aquí os presento a la cuadrilla de moñas de Blacos. Hay donde elegir entre tanta variedad de razas y credos. A ver que pueblo los tiene tan simpáticos. Besitos
Cerquita del río Milanos no Molanos, ese río se la ha inventado el corrector de mi dispositivo.
Esta fuente la he conocido siempre con el nombre de macristiano, cerquita del río Molamos y del Carrascal. Rica agua natural.
Título: El ramo de Pascua

Fue un comentario fuera de contexto, pero automáticamente encendió una bombilla en mi memoria, y segundos después comenzó a funcionar mi centro de datos. Quiero advertir que, en mi osadía, puede que cuente cosas que no tienen nada que ver con la historia real o que están muy lejos de coincidir con el significado de aquellos años. Fue oír ramo con caramelos y me sumergí en el pozo de mi infancia. Recuerdo, probablemente no lo viví y simplemente me lo contaron, que en Blacos ... (ver texto completo)
Buenos días amigos /a me alegro mucho de entrar en el foro y ver que seguís ahí y esas fotos tan chulas! Primo Baraka tienes que hacerme una recopilación de fotos y regalarme la!! Porque tienes que tener un montón mías y de la familia junto con otras del pueblo. Besos
Por eso de que, " de bien nacido es ser agradecido" no quiero que se me olvide decirle al último molinero que es para mí un halago sus palabras sobre la Misa del Galllo en Blacos. Aunque no estoy del todo de acuerdo con él cuando se refiere a que es lo menos que se puede esperar de una persona que aprendió a leer en la Fuente del Santo. Es cierto que el lugar marca pero tengo que reconocer que todo, absolutamente todo el mérito, de mi primera inmersión cultural es de la teniente O´Neill. Bueno en ... (ver texto completo)
El día 31 de diciembre llegue a Blacos, para celebrar este ultimo día del año con mi familia. era la una del mediodía y entre en mi casa, en la que siempre sera micasa, aunque ahora es la casa familiar o la casa del pueblo. me sorprendió porque aunque la puerta estaba abierta no había nadie dentro. así que salí en busca de mis hermanas.
Me encontré de cara con el alcalde y el teniente de alcalde, a los que interrumpí en su conversación sobre asuntos oficiales.
Este encuentro me lleno de alegría ... (ver texto completo)
Aquel día guisó las lentejas tres veces la misma mañana, y no lo hizo más veces porque de repente se le olvidó como se encendía el fuego. Era el primer eslabón de una cadena de olvidos, porque el primer objetivo del alzheimer es aniquilar la memoria y el siguiente arrasar las defensas de familiares y cuidadores del enfermo. Después de quemar y volver a quemar las lentejas y de hacer cábalas sobre lo que le podía pasar, el neurólogo lo solucionó con una simple pregunta.
¿Sabe qué día de la semana ... (ver texto completo)
hola ALEJANDRO. como creo que sabes trabajo cuidando personas que tienen diferentes demencias, entre ellas la de Alzheimer. Lo que has escrito es tan real, que describe esta enfermedad y sus síntomas con toda su cruel dureza. hace unos días axisti a una conferencia que dio sobre ella un prestigioso neurólogo, y en conclusión dijo lo mismo que tu resumes en tu escrito. y esto es así por que el modo de encarar a esta enfermedad es el sentido común, que es el que junto con toda la información y pautas ... (ver texto completo)
Galopa la noche canalla a lomos de un disco de vinilo. Al tercer surco arañado por la aguja, ya me sabía de memoria todos los pliegues de tu falda. Mis dedos bailaron una saeta a la altura de tu ombligo, en aquellos tiempos en los que nunca habitaba el olvido. El jersey de tu corteza abandonaba sus escamas en la columna de la silla ajada por los fríos y las noches sin dormir después de aquellas mañanas de insomnio y de tinieblas. Tu cuello era un tobogán a la lujuria, aunque ya se habían marcado ... (ver texto completo)