BARAHONA: HISTORIAS Y RELATOS DE EXTRATERRESTRES...

HISTORIAS Y RELATOS DE EXTRATERRESTRES
En aquel año de 1979, aquel joven camionero, circulaba por una estrecha carretera de la provincia de Soria, camino de Sigüenza de Guadalajara, eran las dos de la madrugada, de aquel día del mes de noviembre, había dejado atrás, la localidad de Barahona de Las Brujas, y por aquel terreno solitario no le molestaba nada, todo era tranquilidad y armonía, sin darse cuenta de que algo raro le podía ocurrir, sin darse por enterado en absoluto de que una luz gigante, le apuntaba en la lejanía, al notar que le deslumbraba, sintió como un sudor frío, al ver que dicha luz avanzaba muy rápidamente hacia su vehículo, pensó de repente, no será algún piloto despistado, o de los que estuvieron en España en este lugar, en la guerra civil, donde estuvo su campo de aviación italiano. Viéndose cada vez más cerca de aquella luz tan potente, decidió echarse a un lado de la carretera, que era demasiado estrecha, y quedarse parado con las luces apagadas, entonces en segundos vio como un gran artefacto, le pasaba rozando la cabina del camión, el miedo se apodero de el camionero, y después de la pasada por encima de aquel vehículo, que no sabia ni lo grande, ni lo que era, tuvo unos momentos en los que no era capaz de arrancar de nuevo su camión, pasados unos minutos emprendió de nuevo el camino, eso si mirando hacia todas partes, poco tiempo después, al llegar al lugar donde se encuentran las minas de sal, en medio de la carretera vio brillar las luces de colores que salían por todos los lados de un vehículo en tierra, que parecía ser muy grande, el camionero de nuevo detuvo su vehículo, esta vez muerto de miedo, nadie pasaba por aquella carretera comarcal, y entonces no existían los teléfonos portátiles, ni cabinas en un lugar medio desierto, como era aquella zona limítrofe entre las dos provincias. Pensó a ver dado marcha atrás, pero era muy difícil, no había espacio, y en la noche no podía calcular la distancia con la cuneta, y podría volcar el camión con su carga de cereales. Una vez parado el camión se bajo de la cabina, y habiendo apagado las luces del vehículo, se tuvo que apostar entre la cuneta y el camión de descompostura que le había entrado, y desde allí ver como si fuera un faro de alta mar, salían rayos de luz en todas direcciones. Un vehículo pequeño volando se acerco aquel camión, y se quedo encima de el como a unos diez metros de altura, el camionero estaba escondido, entre la caja y el suelo, y sentía como alguien andaba en su carga, pero era tal el miedo, que no le dejaba mirar hacia arriba, después de unos diez minutos en aquel estado, sintió como se alejaba dicho vehículo, que sin meter apenas ruido y volando a gran velocidad, se alejo de el camión sin hacerle ningún daño, el camionero salió de debajo de la caja de carga del camión, y se subió a la cabina, sus piernas le temblaban, y su cerebro no daba razón de lo que le había pasado, era demasiado imposible aquella aventura, pensaba, nadie me creerá cuando le diga lo que esta noche he vivido, dirán que estoy loco, o cosa parecida, era un problema gordo de mentalidad, transcurridos como unos cuantos minutos, de nuevo puso su camión en marcha, todo parecía funcionar bien en su motor y mandos del vehículo, excepto en su radio, que producía unos ruidos molestos, y no era capaz de sintonizar ninguna emisora, todo le parecía anormal y lo había sido, pero como contar esa historia tan fantástica, pensó el camionero, si todavía fuera de brujas, seguro que me creerían, pero dirán en la fabrica de harina, que leo muchas novelas de fantasías, espero que nadie se haya enterado de este viaje tan horroroso, ni vean nada raro en el vehículo, ya que estuvieron encima sin yo poder ver lo que hacían. Al llegar a la fabrica de harina, alguien grito al ver la carga de cereales, en esta carga anduvieron robando por la parte de encima, el camionero contesto, no he parado en todo el camino, como no sea que se hayan subido en marcha, la cosa quedo así sin más problemas, solo el camionero se quedo con su noche de miedo y su recuerdo tenebroso, sin poder contar la verdadera historia de esa
fatal travesía, con las minas de sal al fondo, G X Cantalapiedra.