Su
fábrica refleja influencia de la
arquitectura aragonesa, pues reproduce la planta de la
catedral de Jaca a menor escala. Está compuesta de cuatro
ábsides, de los que tres corresponden a las naves y el cuarto, un añadido posterior, a la sacristía. Cuenta con tres
portadas, una en cada costado, y dos galerías de
arcos porticados, tan comunes en el
románico segoviano.