A LA VIRGEN DE LA SALUD, PATRONA DE MARUGÁN (SEGOVIA)
Virgen de la Salud,
te procesionan los maruganeses,
en mayo precisamente.
Con flores te adornan,
entre flores te pasean,
precisamente el mes de mayo
cuando todo está verde,
en plena primavera.
Y tú desde las andas
eres la reina.
En tu honor el pueblo baila jotas
y la alegría no se agota.
Es la fiesta de la rosa más hermosa.
Sí, la rosa celestial,
la que saca su aroma
a través de su corona y
tira piropos al mundo
que se los lleva la brisa.
La procesión recorre calles del pueblo,
bajo el cielo de Castilla,
donde fija la mirada
que transforma en salud
y en fuerte luz.
En Luz y en vida que de vez en cuando
de ti solicitan,
fruto de tu poder,
extendido por el mundo,
cedido por tu hijo
que vino a florecer.
No solo en primavera,
sino siempre que cuentas con Él
Te sacan en procesión
reina del cielo,
te llevan en el corazón
y eres el consuelo
de cuantos te admiran,
cuantos huelen tu aroma
y te hacen paloma
para volar sobre Él.
Y llevar el gran mensaje
a través también del paisaje
para luego proveer.
A veces no vemos a Dios
porque se interpone
entre nosotros y Él
una nube.
Tampoco al Espíritu.
A pesar de que éste ya nos llega
de más próximo en forma de agua
y podemos sentirlo como lluvia
aunque luego se va, se diluye.
Por si esto es poco nos muestras a Jesús,
con el que estamos más cerca
y a un pasito estás tú,
que nos quitas la nube,
que transformas en agua
y nos enfrentas, y nos hablas
de tú a tú,
Virgen de la Salud.
Rufino Rodado Pérez
Virgen de la Salud,
te procesionan los maruganeses,
en mayo precisamente.
Con flores te adornan,
entre flores te pasean,
precisamente el mes de mayo
cuando todo está verde,
en plena primavera.
Y tú desde las andas
eres la reina.
En tu honor el pueblo baila jotas
y la alegría no se agota.
Es la fiesta de la rosa más hermosa.
Sí, la rosa celestial,
la que saca su aroma
a través de su corona y
tira piropos al mundo
que se los lleva la brisa.
La procesión recorre calles del pueblo,
bajo el cielo de Castilla,
donde fija la mirada
que transforma en salud
y en fuerte luz.
En Luz y en vida que de vez en cuando
de ti solicitan,
fruto de tu poder,
extendido por el mundo,
cedido por tu hijo
que vino a florecer.
No solo en primavera,
sino siempre que cuentas con Él
Te sacan en procesión
reina del cielo,
te llevan en el corazón
y eres el consuelo
de cuantos te admiran,
cuantos huelen tu aroma
y te hacen paloma
para volar sobre Él.
Y llevar el gran mensaje
a través también del paisaje
para luego proveer.
A veces no vemos a Dios
porque se interpone
entre nosotros y Él
una nube.
Tampoco al Espíritu.
A pesar de que éste ya nos llega
de más próximo en forma de agua
y podemos sentirlo como lluvia
aunque luego se va, se diluye.
Por si esto es poco nos muestras a Jesús,
con el que estamos más cerca
y a un pasito estás tú,
que nos quitas la nube,
que transformas en agua
y nos enfrentas, y nos hablas
de tú a tú,
Virgen de la Salud.
Rufino Rodado Pérez