Pues del Mambo puedo contar cosas divertidas ahora pero que en su tiempo ya me costaron muchos llantos. De cuando no me dejaba mi padre ni acercarme a la
puerta o de cuando le pedi que me dejara pisarlo y se aparecio conmigo como guardaespaldas, y sino como del dia que los del aroma y en plan de gracia decidieron ir en marcha
militar escoltandome hasta
casa sin novedad enfrente de mi padre. Tal vez no lo entendais algunos pero mi
juventud fue bastante sonada en el
pueblo.
Alicia.