Tregua y Paz, que bonitas palabras si pudieran cabalgar juntas.
Cuantas veces he soñado una tregua con mi gente, con los que comparto el día a día y cuantas mentiras hemos inventado.
He anhelado tiempos de Paz con ellos y siempre, caminábamos por la estrechura de una senda encharcada, que con sus trampas nos afanábamos en tomar y al mismo tiempo en esquivar.
Cuantos insultos y vejaciones hemos alimentado con nuestras bocas.
!Basta ya¡.
Hasta aquí hemos llegado; es hora de enfrentarnos a nuestro pasado, de dejar de lado nuestras diferencias, de hacer frente a la realidad, porque si no; acabaremos siendo los otros, los intratables, nos quedaremos solos, sin nadie que nos escuche, sin nadie que nos aliente en los momentos difíciles, sin nadie que nos ame y sobre todo, sin haber querido.
Empecemos de nuevo.
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