Desde siempre tuve la gran suerte de haber acompañado a D. Antonio Mingote en su discurrir por la vida.
Tuve el placer de conocerle. A èl y tambièn a su esposa. Me causaron una gran admiraciòn. Lo hice un dìa hace màs de 40 años. Aùn recuero los consejos que me dieron ambos para afrontar la presentaciòn que efectuè de uno de los libros editados por la editorial en la que en aquellos tiempos prestaba mìs servicios profesionales. Muchas gracias, D. Antonio. Muchas gracias Isabel.
Hoy D. Antonio nos abandona para continuar su ingente labor en otro lugar, donde desde hace mucho tiempo le esperaban. Ahora està allì. Disfrutad de su sabidurìa, su amor por el trabajo, su humor, su vida. Los inmortales nunca mueren.
D. Antonio. vive en paz.
Tuve el placer de conocerle. A èl y tambièn a su esposa. Me causaron una gran admiraciòn. Lo hice un dìa hace màs de 40 años. Aùn recuero los consejos que me dieron ambos para afrontar la presentaciòn que efectuè de uno de los libros editados por la editorial en la que en aquellos tiempos prestaba mìs servicios profesionales. Muchas gracias, D. Antonio. Muchas gracias Isabel.
Hoy D. Antonio nos abandona para continuar su ingente labor en otro lugar, donde desde hace mucho tiempo le esperaban. Ahora està allì. Disfrutad de su sabidurìa, su amor por el trabajo, su humor, su vida. Los inmortales nunca mueren.
D. Antonio. vive en paz.