Luz ahora 0,04035 €/kWh

BERNUY DE COCA: ESTADO DE GUERRA EN BARCELONA - 1919...

ESTADO DE GUERRA EN BARCELONA - 1919

1919 y 1920 se caracterizaron por un incremento, nuevamente, de la conflictividad laboral, sobre todo en Barcelona. Una situación que tan sólo disminuyó entre 1921 y 1922 por la elevada represión política que se ejerció sobre la CNT y la profunda crisis económica. El coste de vida de los obreros se incrementó en un cincuenta por ciento entre en 1914 y en 1919, mientras que en el bienio de 1920-1921 había aumentado el ochenta por ciento.

Uno de los momentos primordiales para la historia de la CNT y de Cataluña fue el despido de unos obreros de las oficinas de ‘La Canadiense’ (Riegos y Fuerza del Ebro) que acabó desembocando en una huelga general. Este conflicto se inició el 5 de febrero y finalizó el 17 de marzo de 1919. Fue cortado el suministro de electricidad, hubo ‘censura roja’ realizada por los sindicatos y el gobierno español confiscó ‘La Canadiense’ y declaró el estado de guerra.

Después de las negociaciones, la CNT obtuvo un acuerdo positivo para los huelguistas. Entre las mejoras se encontraba la obtención de la jornada laboral de ocho horas, el aumento de sueldo, el pago de la mitad de la mensualidad correspondiente al periodo que había durado la huelga, la admisión de los huelguistas y la liberación de la mayoría de los obreros presos, a excepción de los pendientes de proceso. Una asamblea obrera convocada por el comité de huelga decidió aceptar las condiciones y volvió al trabajo; no obstante, había quien quería proseguir con la huelga hasta que todos los presos fueran liberados. Ante esta situación, Salvador Seguí consiguió que los trabajadores volvieran a sus obligaciones laborales con el acuerdo de que los últimos presos saldrían en libertad antes de setenta y dos horas. De lo contrario, volvería a repetirse una huelga general. La liberación no se llevó a cabo y el 24 de marzo volvió a estallar la huelga general en Barcelona. Eso significó que se declarara de nuevo el estado de guerra, lo que comportó que el ejército saliera a la calle. Además, el 9 de abril se constituyó la Federació Patronal de Barcelona en contraposición al poder sindical. Ésta comunicó la realización del ‘locaut’ si no se regresaba a los puestos de trabajo con las condiciones laborales anteriores a la huelga general. El 14 de abril la huelga finalizó.

Estos acontecimientos comportaron un importante coste político y social, ya que el gobernador civil de Barcelona y el gobierno Romanones se vieron forzados a dimitir. Sin embargo, en Cataluña el estado de guerra duró cuatro meses, momento que se aprovechó para llevar a cabo una fuerte represión hacia los sindicatos que se evidenció con el encarcelamiento de quince mil obreros.

A pesar de la difícil situación que atravesaba la CNT, ésta celebró su segundo congreso en Madrid del 10 al 18 de diciembre de 1919, donde la organización se adhirió provisionalmente a la III Internacional comunista. En el congreso convergieron 714.000 afiliados, de los cuales 427.000 provenían de Cataluña. Pero este crecimiento tuvo un rápido descenso.

A lo largo de todos estos años se produjo el fenómeno del pistolerismo. Un hecho en el que la CNT no tuvo ninguna responsabilidad directa, aunque encubrió y amparó a pistoleros. Una acción que provocó que la sociedad asociara el sindicalismo con el pistolerismo. Lo que empezó siendo un complemento a las reivindicaciones públicas acabó por sustituirlas para pasar a una situación de pánico que sirvió de justificación a la guerra turbia del momento.

Entre 1918 y 1923, novecientas cincuenta personas sufrieron algún tipo de atentado o sus efectos, como ha estudiado el historiador Albert Balcells, lo que significa que se producía una media de quince ataques al mes y uno cada dos días. El resultado final fue de doscientos sesenta y un muertos entre patrones, gerentes, directores y encargados, agentes de la autoridad y obreros; aunque el sector más castigado fue éste último, de los cuales un 21,4% pertenecían a la CNT. Entre estas pérdidas se encontraba Salvador Seguí, asesinado a manos del Sindicato Libre, organización ligada a la patronal, el dirigente Josep Canela y el secretario general Evelino Boal.

Entre 1922 y 1923, la situación de la CNT se complicó un poco más, ya que también se produjo una serie de atracos con la excusa de obtener dinero para los presos sindicalistas y para la organización sindical. La situación tuvo tanta trascendencia que la CNT decidió, de manera oculta, no aceptar aquel dinero del que se tenía la sospecha de que podía proceder de algún asalto.

Toda esta situación comportó que la CNT experimentara un importante retroceso, además de sufrir una división, cada vez más evidenciada, entre procomunistas, sindicalistas revolucionarios y anarquistas irreductibles. La debilidad de la CNT y el ‘pronunciamiento’ del capitán general de Cataluña Miguel Primo de Rivera en septiembre de 1923 llevaron a la organización a una forzosa clandestinidad hasta abril de 1930