HISTORIA DE LA PROVINCIA
LA BAJA EDAD MEDIA. SIGLOS XI-XIV
Durante la Edad Media, la ciudad alcanzó su máximo esplendor. Además de ser elegida como lugar de residencia de los reyes Alfonso X El Sabio y Enrique IV, Segovia se consolidó como un importante centro económico y político y jugó un papel decisivo en la historia de Castilla.
Se reforzaron las defensas naturales de Segovia con la fortificación de la roca y la reconstrucción del Alcazar que, posteriormente, se complementaron con las murallas que nacen y mueren en él.
Cinco puertas se abrían en la muralla: San Cebrián, San Juan, San Martín y San Andrés. De ellas subsisten Santiago y Cebrián, en el lado norte y San Andrés en el lado sur.
Se desconoce cómo se repartió el solar urbano entre los repobladores pero sí que desde el primer momento, el rey, la iglesia y el concejo se establecieron en la ciudad. Frente al Alcazar, símbolo real, se levantaba la Catedral de Santa María, concluida hacia 1144 y el palacio del Obispo.
Las Canongías es un modelo de planificación urbana que, afortunadamente, ha llegado a nosotros.
Del resto del solar urbano, pocas noticias existen. En 1103, se cita la parroquia de San Martín, en 1117 la de San Miguel y en 1120, San Andrés. En 1240, existe ya una relación más amplia.
Los pobladores se agruparon en torno a las parroquias. Poco a poco las actividades, negocios o etnias se fueron concentrando en algunas hasta originar barrios específicos. Uno de los primeros, fue la Almuzara que constituye claro testimonio de la presencia del Islam en Segovia.
Con respecto a los arrabales, las fuentes de información son más escasas. Al lado norte, en la ribera del Eresma, se fundaron las parroquias de San Lorenzo, Santiago, San Marcos, San Gil y San Blas.
5
En el otro extremo del valle, aguas arriba del Eresma, se configuró el arrabal de San Lorenzo. La iglesia que preside la plaza guarda intacto su carácter medieval.
Las parroquias del Eresma estaban destinadas al cultivo de las huertas frente a la actividad fabril y comercial que se desarrollaba en los arrabales del sur, especialmente, en los de San Clemente, Santa Eulalia, San Justo y El Salvador. En San Millán era importante el cultivo de huertas y en Santo Tomás la agricultura.
La ciudad tal y como aparece representada en el plano de Odriozola de 1901 era similar a la del siglo XIII. Desde entonces hasta finales del siglo XVI, el número de habitantes fue aumentando y con ello también los edificios, pero las parroquias constituidas continuaron siendo las mismas hasta el siglo XIX en el que se suprimieron algunas.
Con excepción de San Miguel y las de reciente creación, todas son de estilo románico y construidas entre 1808 y principios del siglo XIII. Las características más sobresalientes del románico segoviano son la influencia islámica, la recargada decoración de las cornisas y el atrio.
LA BAJA EDAD MEDIA. SIGLOS XI-XIV
Durante la Edad Media, la ciudad alcanzó su máximo esplendor. Además de ser elegida como lugar de residencia de los reyes Alfonso X El Sabio y Enrique IV, Segovia se consolidó como un importante centro económico y político y jugó un papel decisivo en la historia de Castilla.
Se reforzaron las defensas naturales de Segovia con la fortificación de la roca y la reconstrucción del Alcazar que, posteriormente, se complementaron con las murallas que nacen y mueren en él.
Cinco puertas se abrían en la muralla: San Cebrián, San Juan, San Martín y San Andrés. De ellas subsisten Santiago y Cebrián, en el lado norte y San Andrés en el lado sur.
Se desconoce cómo se repartió el solar urbano entre los repobladores pero sí que desde el primer momento, el rey, la iglesia y el concejo se establecieron en la ciudad. Frente al Alcazar, símbolo real, se levantaba la Catedral de Santa María, concluida hacia 1144 y el palacio del Obispo.
Las Canongías es un modelo de planificación urbana que, afortunadamente, ha llegado a nosotros.
Del resto del solar urbano, pocas noticias existen. En 1103, se cita la parroquia de San Martín, en 1117 la de San Miguel y en 1120, San Andrés. En 1240, existe ya una relación más amplia.
Los pobladores se agruparon en torno a las parroquias. Poco a poco las actividades, negocios o etnias se fueron concentrando en algunas hasta originar barrios específicos. Uno de los primeros, fue la Almuzara que constituye claro testimonio de la presencia del Islam en Segovia.
Con respecto a los arrabales, las fuentes de información son más escasas. Al lado norte, en la ribera del Eresma, se fundaron las parroquias de San Lorenzo, Santiago, San Marcos, San Gil y San Blas.
5
En el otro extremo del valle, aguas arriba del Eresma, se configuró el arrabal de San Lorenzo. La iglesia que preside la plaza guarda intacto su carácter medieval.
Las parroquias del Eresma estaban destinadas al cultivo de las huertas frente a la actividad fabril y comercial que se desarrollaba en los arrabales del sur, especialmente, en los de San Clemente, Santa Eulalia, San Justo y El Salvador. En San Millán era importante el cultivo de huertas y en Santo Tomás la agricultura.
La ciudad tal y como aparece representada en el plano de Odriozola de 1901 era similar a la del siglo XIII. Desde entonces hasta finales del siglo XVI, el número de habitantes fue aumentando y con ello también los edificios, pero las parroquias constituidas continuaron siendo las mismas hasta el siglo XIX en el que se suprimieron algunas.
Con excepción de San Miguel y las de reciente creación, todas son de estilo románico y construidas entre 1808 y principios del siglo XIII. Las características más sobresalientes del románico segoviano son la influencia islámica, la recargada decoración de las cornisas y el atrio.