La prueba del Carbono-14 que databa el lienzo de la época medieval (siglos XIII-XIV) ha sido muy discutida y, hay que tener en cuenta que una prueba de este tipo no es nunca exacta (hay un 5% de error). Los científicos aseguran que la Sábana está llena de partículas que se han ido acumulando a lo largo de los siglos en los que ha estado expuesta en multitud de ocasiones. Estas partículas son polvo, polen, microorganismos, esporas... que en muchos casos son o han sido seres vivos posteriores al lino con el que se tejió la Sábana. Esos seres vivos tienen también Carbono-14, pero más moderno, por lo que la probabilidad de error es mayor. A eso hay que añadir restos de agua, pues la Sábana fue mojada, por lo menos en una ocasión, para salvarla de un incendio y también el hecho de que la Sábana fue grabada por una radiación que pudiera haber falseado las medidas del Carbono-14.
El lienzo de Turín constituye un caso raro para la ciencia, incluso teniendo en cuenta la posibilidad de que el hombre de la sábana no fuera Jesús de Nazaret. Esa probabilidad ha sido estudiada por matemáticos llegando a concluir que es bajísima: 1 entre 225.000 millones, según los matemáticos italianos Tino Zeuli y Bruno Barberis, o 1 entre 5.000 trillones según el profesor Filas. Para ello se tuvieron en cuenta multitud de factores y coincidencias entre Jesús y el hombre de la sábana, entre las que destacamos sólo las siguientes:
* Lo de la corona de espinas es una burla nada habitual de la época y coincide en ambos personajes.
* No todos los crucificados eran clavados sino que muchos eran atados (muriendo también por asfixia).
* Era costumbre partir los huesos de las piernas (tibia y peroné) de los crucificados para acortar su sufrimiento (llamado crurifragium), cosa que no se hizo con el hombre de la sábana ni con Jesús.
* No era habitual pegar tantos latigazos a un condenado a muerte. Jesús fue azotado por romanos (por orden de Pilatos), igual que el hombre de la sábana del que se ha podido deducir hasta el tipo de látigo utilizado (un flagellum taxilatum de tres cuerdas).
* La lanzada en el costado tampoco era habitual y se ha llegado a demostrar que al hombre de la sábana se la ocasionó cuando ya estaba muerto, igual que a Jesús de Nazaret.
* El golpe que rompió el cartílago de la nariz por la parte derecha del hombre de la sábana, parece también reflejado en Jesús en diversos pasajes bíblicos (Jn. 18, 1-3 y 19-24), aunque la palabra bofetada parece una mala traducción. El hombre de la sábana tiene más castigada la parte derecha de su cara (golpes, arrancamiento parcial de la barba...) lo que hace suponer que fueron hombres zurdos los autores. Y entre los judíos predominaban los zurdos (hasta su escritura es de derecha a izquierda).
* La mayoría de los crucificados eran enterrados en fosas comunes sin amortajar pero ambos personajes fueron enterrados en un lienzo con especias aromáticas, pero sin limpiar el cadáver (en el caso de Jesús de Nazaret por tener que acelerar el ritual del sepelio antes de empezar el estricto descanso sabático de los judíos).
* En el hombre de la sábana no se muestran signos o manchas de descomposición cadavérica (como predijeron de Jesús los Salmos), por lo que tuvo que apartarse el cuerpo del lienzo antes de comenzar su putrefacción.
El lienzo de Turín constituye un caso raro para la ciencia, incluso teniendo en cuenta la posibilidad de que el hombre de la sábana no fuera Jesús de Nazaret. Esa probabilidad ha sido estudiada por matemáticos llegando a concluir que es bajísima: 1 entre 225.000 millones, según los matemáticos italianos Tino Zeuli y Bruno Barberis, o 1 entre 5.000 trillones según el profesor Filas. Para ello se tuvieron en cuenta multitud de factores y coincidencias entre Jesús y el hombre de la sábana, entre las que destacamos sólo las siguientes:
* Lo de la corona de espinas es una burla nada habitual de la época y coincide en ambos personajes.
* No todos los crucificados eran clavados sino que muchos eran atados (muriendo también por asfixia).
* Era costumbre partir los huesos de las piernas (tibia y peroné) de los crucificados para acortar su sufrimiento (llamado crurifragium), cosa que no se hizo con el hombre de la sábana ni con Jesús.
* No era habitual pegar tantos latigazos a un condenado a muerte. Jesús fue azotado por romanos (por orden de Pilatos), igual que el hombre de la sábana del que se ha podido deducir hasta el tipo de látigo utilizado (un flagellum taxilatum de tres cuerdas).
* La lanzada en el costado tampoco era habitual y se ha llegado a demostrar que al hombre de la sábana se la ocasionó cuando ya estaba muerto, igual que a Jesús de Nazaret.
* El golpe que rompió el cartílago de la nariz por la parte derecha del hombre de la sábana, parece también reflejado en Jesús en diversos pasajes bíblicos (Jn. 18, 1-3 y 19-24), aunque la palabra bofetada parece una mala traducción. El hombre de la sábana tiene más castigada la parte derecha de su cara (golpes, arrancamiento parcial de la barba...) lo que hace suponer que fueron hombres zurdos los autores. Y entre los judíos predominaban los zurdos (hasta su escritura es de derecha a izquierda).
* La mayoría de los crucificados eran enterrados en fosas comunes sin amortajar pero ambos personajes fueron enterrados en un lienzo con especias aromáticas, pero sin limpiar el cadáver (en el caso de Jesús de Nazaret por tener que acelerar el ritual del sepelio antes de empezar el estricto descanso sabático de los judíos).
* En el hombre de la sábana no se muestran signos o manchas de descomposición cadavérica (como predijeron de Jesús los Salmos), por lo que tuvo que apartarse el cuerpo del lienzo antes de comenzar su putrefacción.