No veas, Marcelino, lo que he disfrutado con el Estatuto de Autonomía de Segovia, tierra muy querida por mí. Muy buen ingenio, retranca, ironía, etc. pero que, si nos ponemos serios, es para seguir estándolo porque, ideologías de cada cual aparte, a los segovianos se os tomó el pelo en la llamada transición, previa al Estado de las Autonomías, porque cumpisteis todos y cada uno de los requisistos para constituiros como comunidad autónoma. Con el mismo derecho que Logroño (luego La Rioja), Santander (luego Cantabria), castellanas ambas, Murcia, o cualquiera de las uniprovinciales. Yo sí entendí el por qué de esto por los segovianos, gracias, en parte, a mi buen amigo y escritor soriano Antonio Ruiz Vega, que escribió algunos artículos alusivos que lamento no haber encontrado todavía. Pero, claro, había otros intereses y nunca se respetó un derecho del pueblo segoviano. Aunque hubieseis sido comunidad autónoma, Segovia no hubiese dejado de ser una provincia hermana. Yo he dicho y mantengo que, de no vivir en Soria, donde tampoco vivo, hubiese estado muy a gusto en tierras segovianas.
Un abrazo.
Un abrazo.