SOTOSERRANO: LEYENDA DEL TESORO DE LA REINA MORA QUILAMA II Parte...

LEYENDA DEL TESORO DE LA REINA MORA QUILAMA II Parte

Decían los viejos que en la sierra había una reina. Que la reina murió de pena y aquí yace enterrada. Que la reina no era reina, sino la amante secuestrada por Don Rodrigo a su padre el conde Don Julián.

Que Don Julián se alía con los árabes y derrotan a Don Rodrigo. Y que este se retira con el tesoro de los visigodos y la bella Quilama y en lo alto de la sierra se construye un castillo subterráneo para su amada, que por eso llamarán La Cava.
Que don Julián y el moro Muza ponen cerco al castillo trayendo hasta La Bastida a sus mesnadas. Que la Quilama muere de pena, al ver a su amante y su padre enfrentados. Que Don Rodrigo la entierra con su tesoro en una gruta secreta que conecta con la cueva de la Buitrera por cuya boca él huye de Don Julián y los sarracenos.

Que los moros dan vuelta al castillo buscando el tesoro y a Quilama y a Don Rodrigo pero no encuentran nada. Que los días de luna llena aún se oye a Quilama llorar desconsolada mientras al río va a buscar agua.

Estas cosas contaban los viejos y aunque todos los que las oyen no dan crédito a sus palabras dicen que hay quien metió un perro en la cueva y apareció a varios quilómetros al cabo de una semana.

Y dicen, que a un viejo pastor le preguntaron dos señores que viajaban cabalgando en dos mulas, por donde podían subir a la vieja Ermita que se halla en lo alto de la sierra del Castillo, el los acompaño, y vio que con un mapa en las manos buscaban un lugar donde se pusieron a escarbar, y tras dos horas los vio sacar un cofre dorado envuelto en un trozo de tela vieja de donde sacaron unas monedas que le dieron, diciéndole que con aquello no tendría que volver a trabajar nunca más.

Y hay quien dice que el tesoro de más valor esta enterrado en el termino de Sotoserrano una parte en el cementerio que se halla en plena sierra del Castillo, y otra parte entre los dos ríos, en un lugar que llaman El Espolón. ¿Quién sabe!...

Los viejos pastores relataban que había una leyenda en la que se decía, que en la primera madroñera de la Sierra del Castillo donde daba el sol al amanecer, y en la última del atardecer era donde estaban escondidos los tesoros. Hasta cantaban una canción en la que decía.

Adiós Sierra del Castillo
que bien cubierta te quedas,
con seis fanegas de oro
al pie de unas madroñeras,
y el manto de la reina Mora
bien puesto de cabecera

Lo que si es bien cierto, es que el tesoro no se lo llevaron cuando salieron huyendo de Castilla… ¿?

FIN.