Reloj de la villa, SEQUEROS

¡Qué voy a decir yo de la espadaña del campanario de la Iglesia de San Sebastián en la cual fuí bautizado!. Que me embarga la emoción.
Es una lástima que su esbeltez sea mermada por las edificaciones colindates. Pero por mor de circunstancias hay que comprender la situación, y, aunque no guste, aceptar así tras tantos años.
Esas campanas me recuerdan su tañido cuando de pequeño me despertaban, cuando pasaba los veranos en mi pueblo, en casa de mi tio Miguel, apodado "el cubano por su lugar de nacimiento....