Dicen los expertos que sois la causa de buena parte de la contaminación por metano de la atmósfera, pero sin vuestra contribución a la alimentació del ser humano ha sido y lo es extraordinaria.
Estampa típica de la localidad que todo visitante fotografía.
El acceso al coro permanece cerrado desde hace tiempo, lo que me impidió subir y contemplar el magnífico órgano musical existente en el mismo. El coro, como la pila bautismal que aparece en la fotografía, tienen poca utilidad, el primero por la falta de fieles que canten y toquen el órgano y, el segundo, por no nacer niños en el pueblo.
Precioso caballete sobre el gran portón carretero de este corral ganadero construido en piedra del lugar.
A pesar del año seco que llevamos, en primavera, el embalse de Santa Teresa estaba prácticamente lleno y los campos verdes con entremezclados de otros colores, como el rojo de las amapolas.
Largo y recto acceso a La Villa por la carretera que llega desde Montejo.
Historia y patrimonio se citan en esta iglesia de Nuestra Señora de Monviedro.
Sin duda, en otros tiempos, fue una casa que tuvo su importancia. Hoy aparece deshabitada y abandonada a su suerte.
Ya nadie se sube a predicar desde este lugar.
Algunas casas que se habían venido abajo o estaban muy deterioradas por el abandono de los años, han sido recuperadas, por cierto, con mucho gusto.
En el pasado, ahí se ubicaba la escuela de los niños hasta los 14 años.
No es una raza autóctona de la zona, pero está bien adaptada al lugar.
Casa que recuerda una arquitectura que ya no está de moda.
La que fue una calle importante del pueblo por la que se accedía al puente y la vega del Tormes, ahora se muestra desierta y sin continuidad más allá del agua embalsada en el pantano de Santa Teresa.
Arco toral que formó parte de la sinagoga que existió en este pequeño pueblo.