En la
Catedral Vieja.
Se trata de una pintura de tipología bizantina, que intenta reproducir el famoso icono de la
Virgen del Pópolo, conservado en la
iglesia romana del mismo nombre, que acompañó en vida a D. Pedro Imperial en sus estancias privadas. Como gran devoto de la imagen, la eligió para acompañarlo también en la muerte, convirtiéndola en la titular del
retablo que mandó construir para completar el sepulcro en el que había de ser enterrado. Como dato técnico a destacar, se hace necesario señalar que el soporte trasero sobre el que se tensa el lienzo es el mismo que el de las tablas y mazonería del retablo, madera de
pino, aunque debido a una intervención posterior se encuentra pintado de
color azul oscuro.
Según su testamento, el retablo lo manda ejecutar en 1533. Consta de banco, dos cuerpos, remate y tres
calles. La tipología de
arco apuntado se debe a la forma del arcosolio en donde se emplazaba en origen. Arquitectónicamente enmarcan las escenas
columnas abalaustradas y frisos decorados con ornamentación plateresca. Iconográficamente, el banco está presidido por la tabla del Llanto sobre
Cristo muerto, temática que incide en el sentido funerario del retablo. La flanquean la figura orante del comitente, D. Pedro Imperial, y
San Jerónimo penitente. Los fondos de los
paisajes comparten el mismo horizonte aunque cada tabla está concebida por separado; no es un
paisaje corrido como sucede en los fondos de la predela del retablo de San Miguel.
D. Pedro Imperial aparece representado como donante sobre un fondo paisajístico de influencia flamenca. Está de rodillas con las manos en posición de rezar delante de un libro abierto depositado sobre el suelo. Se afirma significativamente la propia identidad del personaje representándolo con el mismo canon que las figuras sagradas.