En la
Catedral Vieja.
Adornado de cortas
columnas y de gruesas hojas bizantinas en el arquivolto, y describiendo estrella los
arcos de su cupulilla, encierra la
hornacina, una bella efigie de mujer con tocas, que se llamó doña Elena de Castro y murió en 1272; y en la delantera de la urna se recuerda el llanto que se hizo entonces delante del cadáver y los extremos y alaridos de las plañideras, mientras que en el testero dos ángeles conducen el alma a su Hacedor.