retablo de san bartolome, SALAMANCA

En la Catedral. Ubicado en la Capilla de la Virgen de Morales.

El pequeño retablo dorado de la capilla, enmarcado en arco conopial y columnas rematadas en candeleros renacentistas, se compone de banco, cuerpo y ático, ejecutado por el ensamblador Antonio González Ramiro en 16271.

El banco lo componen cinco divisiones con cuadros apaisados de los que, cuatro lucen escenas bíblicas, mientras que el quinto, primero por la derecha, se ha perdido, sustituyéndolo por una tabla con adornos policromados de roleos.

El cuerpo lleva en su centro amplia hornacina, con arco de medio punto, de cupulilla avenerada y fondo de ornamentada pintura, que cobija una reducida imagen de San Bartolomé de autor desconocido.

Las dos calles laterales se encuentran separadas por columnas de estrías helicoidales de capitel corintio, alojando en los intercolumnios dos encasamientos de arco y cupulilla semejantes, si bien no tan grandes como el central. Alojan las imágenes de los Padres de la Iglesia San Gregorio Magno y San Agustín, (anteriores a la imagen de San Bartolomé) sobre peanas en forma de concha, obras de Antonio de Paz. Ambos Padres de la Iglesia estaban unidos en el afecto de los salmantinos, y sacados en procesión, por ser San Gregorio abogado contra la pestilencia y San Agustín patrono contra la langosta, el pulgón y otros insectos nocivos para el campo charro.

El entablamento dórico dotado de triglifos tiene friso adornado de relieves con roleos. Sobre el entablamento y correspondiendo con los intercolumnios dos pinturas apaisadas de Jesús predicando y un santo anacoreta.

El ático lleva en su centro una magnífica tabla de 1572, -pintura al temple sobre tela- de Luis de Morales, apodado el Divino, y denominado así "no sólo por lo delicado de su pincel, sino porque sólo pintaba cosas divinas". Tiene la pintura reminiscencias italianas y bello colorido, de figuras alargadas, conocida como La Virgen con Jesús y San Juanito, "la más clásica de sus obras maestras". Parece que el lienzo procedía del retablo de la iglesia de San Felices de los Gallegos que se incendió en 1887 y que se componía de ocho tablas del citado pintor. Es una obra copia exacta de la existente en la Colegiata de Roncesvalles de la que sólo se diferencia en la postura de la mano derecha de la Virgen y en que en ésta aparece la figura de San José al fondo. El cuadro lo enmarcan dos columnas similares a las del cuerpo y en los extremos, paneles de adorno en azul y oro, con volutas rematadas en pirámides con bolas.

Sobre el cuadro, entablamento dórico en la cornisa y sin adornos el friso, rematado en frontón curvo, abierto en el centro para dar paso a una pequeña columna estriada, de sección cuadrangular, que sirve como pedestal a un pequeño Crucificado exento que preside el retablo.

El Cristo rígido, de pequeño tamaño y de formas estilizadas es de encarnadura marfileña, presenta la cabeza caída hacia adelante e inclinada hacia el hombro derecho, rostro de fino perfil, cabellos ondulados colgantes y barba rizada, llaga en el costado, brazos muy colgados de los clavos, busto saliente con leve curvatura de pronunciadas costillas en su parte inferior, vientre contraído, torsión de caderas hacia la izquierda, piernas juntas, finas y largas con las rodillas muy adelanta­das y pequeño paño de pureza, con plegaduras horizontales anudado a la derecha, de color oscuro que dificulta la observación de sus pliegues. La Cruz en tonos claros, de reducido tamaño en comparación con el cuerpo que soporta, lleva enorme y rara cartela de la sentencia con avolutamiento asimétrico.
(30 de Mayo de 2023)