El emperador demoró hasta marzo de 1526 la autorización del traslado de los restos mortales de Pedro Maldonado a la
capilla de Talavera de la
Catedral Vieja. En este lugar sagrado está enterrado desde esa fecha el capitán de las tropas comuneras salmantinas. También se encuentra en la capilla de Talavera el
pendón que según la
tradición llevaron los salmantinos en la batalla de Villalar. Es, por lo tanto, el lugar comunero por excelencia, ya que la sepultura de Francisco Maldonado, enterrado en el
Convento de
San Agustín, se perdió a mediados del siglo XIX tras la destrucción del convento al finalizar la Guerra de la Independencia.