Esta imagen se encontraba en una de las
capillas más importantes de la
catedral. Se trata de una talla
románica que portaba el obispo Jerónimo de Perigaux cuando acompañaba al Cid en sus batallas. Después de su restauración, realizada en 2012 en los Talleres Granda de Alcalá de Henares, la imagen que está en la
capilla es una réplica, mientras que el original ha sido destinado al
Museo Catedralicio.