Salamanca tiene dos
catedrales, la
Catedral vieja, del siglo XII y de estilo
románico, y la Catedral Nueva, mucho más grande, iniciada en el siglo XVI en estilo
gótico y concluida en el siglo XVIII. El lugar donde se juntan ambas es conocido como
Patio Chico y es uno de los
rincones con más encanto de la ciudad.