En el interior de este impresionante palacete vestido con hermosas vidrieras, se guardan algunos de los tesoros más preciados de la ciudad. 19 colecciones de artes decorativas del siglo XIX y principios del XX, formadas por cerca de 2.500 piezas de excelente colección y en perfecto estado de conservación donadas por el anticuario salmantino D. Manuel Ramos Andrade.