Carnavales, LAGUNILLA

"EL FLAUTISTA"

Aunque se lo toman a guasa en esta chirigota de Cádiz, lo cantan bien cantá.
------------------------------ ------------------------------ -------

"Me dijo un abuelo llorando". Un tanguillo donde distinguen clases sociales porque ahora cualquiera puedes distinguirlas, de los separadas que están. Ha sido un tango cantado en los carnavales de esta ciudad. Una letra oportuna para la situación!

Me dijo un abuelo llorando
otra vez pobres y ricos
obrero en la plazoleta...
Pedro aveces me ahoga la belleza de tus reflexiones. Estàn teñidas de la proximidad de la existencia y la lejanìa de los años... siempre me hacen volver a los lugares donde transcurrio nuestros primeros años y la historia de nuestros familiares. ahora que està mi hermana con nosotros... nos ponemos a cantar las canciones de mi abuelo Julio Pineros que nos cantaba sentados en sus rodillas aquello de.. San Antonio Bendito suplicaba a Dios Inmenso... creo es la canciòn de los pajaritos... Y todo vuelve.....
¡Hola JSM! Me alegro que te gustase mi reflexión. Fito Cabrales no es uno de los más admirados en mis gustos, pero sí lo he escuchado alguna que otra vez. No sé. A veces la estética, las pintas desaliñadas; no sabría adivinar el porqué. Simplemente no le presté la atención que, en lo posible, bien se merece. Otra generación más joven que la mía. Su mundo, su barrio bilbaíno; sumergido en la zona más marginal: Las Cortes (que sí conozco desde muchos años atrás), cuando yo visité esas calles apenas...
Muy buena reflexion Pedro. Una de tantas formas de ver la vida. Esta que os voy a poner es de un tema de un cantante del norte, de muy cerca a donde tu vives. Fito Cabrales. Te sonará:
"Creí que me había equivocado,
luego pensé
que estoy bien aquí en mi nube azul.
Todo es como yo lo he inventado
y la realidad trozos de cristal
que al final hay que pasar descalzo."
EL DISFRAZ DE UNA ILUSIÓN

Ocurre a perpetuidad, nacemos y nos guiamos por un sueño; ilusiones de llegar a ocupar en nuestra sociedad una identidad única, que nos diferencie del común grosor que otros ocupan. En la infancia nos limitamos a imitar a nuestros ídolos, en la madurez de la juventud luchamos por liderar ideales; en la mediana reflexionamos y despejamos fantasías para calar hondo en realidades. Después, probado en todo, cada cual sigue su suerte; es consciente que existen fuerzas ajenas...