A pesar del año seco que llevamos, en primavera, el embalse de Santa Teresa estaba prácticamente lleno y los campos verdes con entremezclados de otros colores, como el rojo de las amapolas.
Largo y recto acceso a La Villa por la carretera que llega desde Montejo.
Historia y patrimonio se citan en esta iglesia de Nuestra Señora de Monviedro.
Sin duda, en otros tiempos, fue una casa que tuvo su importancia. Hoy aparece deshabitada y abandonada a su suerte.
Ya nadie se sube a predicar desde este lugar.
Algunas casas que se habían venido abajo o estaban muy deterioradas por el abandono de los años, han sido recuperadas, por cierto, con mucho gusto.
Bella y hermosa encina en un paraje próximo al dolmen del Teriñuelo.
Elisa Merino, escultora de Guijuelo, hizo este pequeño monumento dedicado al arriero, profesión a la que se dedicaron una buena parte de los hombres del lugar.