CABEZUELA DE SALVATIERRA: Cabezuela de SALVATIERRA sus pastores y sus vaqueros:...

Cabezuela de SALVATIERRA sus pastores y sus vaqueros:
Un homenaje para estas personas que con pocas cosas eran felices.
Su vida era el amor por sus ganados.
EL PASTOR, se desvivía por aquellas ovejas churras y merinas su vida era sencilla.
Como eran estos hombres, sencillos, amables y al servicio de todos los vecinos del pueblo, porque cada casa tenía alguna según la participación de iguala, y todos se las dejaban para su cuidado.
Hombre que con sus pantalones de pana, UN chaqueta y una sencilla manta era su uniforme y en su cabeza visera o boina, una morrala, una cuerna y una callada.
En la de hoy mochila, un vaso o tal vez una botellita de vino de medio cuartillo. el trozo de pan y tal vez un pequeño librito de refranes.
En la cuerna unas patatas machadas, con unos torreznos
Que era la cuerna, un trozo de cuerno cortado por las DOS puntas quedando la parte más anchas y tapadas con tapas de corcho y allí su alimentación para el el campo al cuidado de las ovejas.
Pero siempre un compañero el perro que siempre estaba sus órdenes.
Al silbido de el el perro recogería las ovejas en pocos minutos.
La vida austera del pastor y del vaquera eran muchas horas con sus ganados eran tanto la vida en común que los animales conocían su voz.
En caso del pastor conocia hasta el cordero que pertenecía su madre.
Vida dura, austera, durmiendo en las chozas y en casetas de pizarra con techo cubierto de tierra.
La choza era muy especial, altura un más y medio de alta y de anchas 1'2 más o menos.
Se hacían con pajas de centeno en forma de cucurucho y cuerdas de tal forma que cuando llovía les agua resbala y baja a la tierra, y previniendo alrededor de hacia una zanjita para que el agua no entrará en la morada pastoril.
Allí dormían muchas noches y la calefacción para sus pies su amigo el humilde perro que con el calor de su cuerpo le servía de calefacción.
En el caso de las casetas eran mayores, en algunas se hacía como un somier con piedras para poner un saco lleno de para que le serviría de colchón. al otro lado haría un poco de fuego con las ramas secas de las viejas encinas, algunas centenarias de cuyas bellotas también comían.
Un pequeño agujero o ventanilla servía para vijilar a sus ganados.
Cuantas anécdotas vividas por estas sencillas personas nos podrían contar de evitar robots, de espantar a los lobos que hacían mella cuando hambrientos venía a la caza de su plato favorito.
Otros animales salvajes como las culebras bastardos que muy astutos cuando paria
Una vaca ellos iban y se mamaban la leche y su cola la chupaba el ternero.
O aquellas abutarda que se lanzaba con el corderito y se lo llevaban enganchasdas en su tosco y duro pico.
El vaquero también con callada, ropa similar al pastor pero con otra herramienta, una de las más antiguas en de defensa, en este caso era para dirigir a las vacas hacia el Prado o la dehesa donde tenían que pastar, esa hierba verde en primavera y otoño y seca en verano para eno para el invierno, si si era la herramienta de más antigua o arma porque era la que uso david contra Goliat, la honda echa con dos cuerdas y en el medio un pedazo de material.
El la punta de una de las cuerdas una forma de lazo que lo metia en el dedo pulgar ponían la piedra y cogia la otra punta de la curda con la misma mano la giraba fuertemente en forma circular y cuando cogia velocidad soltaba la punta sin lazo y la piedra salía lanzada hacia la vaca que no obedecía su orden.
Yo recuerdo a un vaquero, de cuyo nombre no recuerdo era cojo y llevaba una pata de palo y cuando decia que le daba en el cuerno de la vaca la acertaba, tal vez si alguna vez le daba en un ojo lo justificaría que sería en
peleas entre ellas.
Vaya para ellos mi agradecimiento
Y mi
Recuerdo por a verme dejado en mi memoria tan bonitas historias, que ya no se encuentra por la geografía española.
M