BARBADILLO: Entonces, la tierra se preparaba al comienzo del otoño...

Entonces, la tierra se preparaba al comienzo del otoño llevando el estiércol desde los muradales que día a día se habían ido engrosando junto a los corrales, portado hasta las tierras se hacían montones que luego se desparramaban por la parcela con la ayuda de una horca tridente o un arpón. Para la siembra se valían de un costal a modo de fardel que se colgaba en bandolera, el labrador iba robando la semilla puñado a puñado, esparciendo el grano con ritmo acompasado. Una vez realizada la siembra, con una especie de rastrillo tirado por el mulo o los bueyes se tapaba la simiente. Las lluvias eran decisivas para que se iniciase una buena cosecha.
Hombres y animales solían madrugar para realizar las faenas, tan solo se paraba para descansar durante el desayuno o comida. A las mulas se les solía colgar del cuello un saco que hacía las veces de pesebre. Se regresaba al atardecer y una vez desenganchados los animales de los aperos se les llevaba al regato a beber agua o en las casas donde había pozo se les surtía para saciar la sed a base de herradas llenando los pilones.
Desde la Edad Media hasta mediados del pasado siglo los años fueron como una eterna cadena de rutinas cíclicas: arar, sembrar y recoger, siempre con la mirada puesta en los cielos que al fin y al cabo era de quien dependía la bondad de las cosechas.
La siega comenzaba a últimos de junio o primeros de julio. Deporte altamente recomendado para doblar el espinazo. Este oficio se vio reemplazado por las segadoras “AJURIA” tirada por mulas y “ALPUEMA” de aspas que iban metiendo la mies hacia el peine que era el encargado de ir segando, quedando los haces ya atados.
Anteriormente se formaban cuadrillas de segadores, tanto por gentes del pueblo como por serranos y gallegos venidos de fuera. Se trabajaba de sol a sol con descanso en las horas de más calor para la siesta.
El acarreo se realizaba mediante carro con redes y baluartes o con estacones según hubiese que llevar a la era haces o gavillas. Uno daba los haces con la tornadura (horca larga con solo dos picos) o las gavillas y el otro colocaba en el caro.

Años 50. IX. Rober