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ALDEASECA DE LA FRONTERA: JUEGOS DE MI INFANCIA VARIOS...

JUEGOS DE MI INFANCIA VARIOS

Hay otras modalidades de juegos, que disfruté en Aldeaseca junto a mis amigos, sobre todo en el parque infantil y algunos, como el clavo o hinque, en el antiguo campo de fútbol

EL PEÓN O LA PEONZA: Todavía recuerdo aquellos días en los que bailábamos la peonza, que buenos tiempos. Al cabo de una semana tenías el dedo índice lleno de ampollas de tanto y tanto atar la cuerda a su alrededor para poder bailarla. Esta cuerda cuyo final iba colocada una chapa de refresco agujereada, para poder hacer más fuerza a lo hora de lanzarla y conseguir, que eso era lo más complicado, que “zumbara”. Pero, a la larga, sólo con bailar el peón no bastaba, como buenos aldeasequinos, había que inventar algo para poder competir con tus amigos. Y así, hacíamos un círculo en el suelo y cada uno lanzaba su peonza. Tenía que dar el primer golpe dentro del círculo y por sí sola salir, y si no lo conseguía, se quedaba en dentro de él y los demás lanzadores debían sacarla a base de golpes. Que cara de sufrimiento poníamos cada vez que alguien golpeaba con fuerza a tu peón. Que cara de sufrimiento, porque cuántas y cuántas peonzas habías visto partir por la mitad por aquellos que tenían “pico lanza”, pero la tuya era de “pico garbanzo”, más fácil de bailar que las otras, pero también más frágiles. ¿Y si lograban partirla? ¿Cuántos domingos tendría que ahorrar, sin comprarme chuches en casa de la Juana, para poder comprarme otra?. Pero si te sacaban de dentro del circulo con sólo algún que otro picotazo sin importancia, con que rabia lanzabas para alcanzar a las que ahora ocupaban tu lugar.

EL CLAVO O EL HINQUE: Creo que fue el año pasado, cuando dándome uno de mis habituales paseos por uno de los diversos caminos del pueblo, vi a unos chavales jugando al clavo. Creía que la gente ya no lo practicaba, y luego lo comprendí mejor, esos “chavales”, rondaban los 30 años. Me hizo mucha gracia verlos, disfrutando como cuando eran más jóvenes, sin necesidad de enchufes, ni mandos ni teclados. Solo con un hierro, que en mis tiempos te aguzaban en la fragua. A la vuelta me dirigí hacia donde les había visto, con la intención de charlar un rato con ellos, ya que además les conozco bastante bien. Pero ya habían terminado su partida y se habían ido. Me quedé admirando los cuadros en los que estuvieron jugando. Una maravilla. Ocho cuadros divididos en dos columnas. Con sus “reguletas” echas. Que pena, me tendría que haber animado a jugar con ellos. Otra vez será.
En este juego no voy a comentar sus normas y reglas, porque me extendería bastante, aunque si alguien está interesado, sin problemas y encantado lo haré.

LAS CHAPAS: Hay diversas modalidades de juegos en cuanto a las chapas se refiere. Así se puede practicar el fútbol chapas, que según he visto en televisión hoy en día hay un videojuego, y la “carrera ciclista”. El primero consiste en dibujar un equipo de fútbol y las chapas van a ser los jugadores, y una canica como balón. Cada vez tira un jugador y el objetivo, ya se sabe, marcar en la portería contraria.
Pero el que realmente molaba, era el de la carrera ciclista. Tanto era la afición, que las mismas casas de refrescos ya traían la cara de algún ciclista de moda pegada a su chapa, para que no tuvieras que dibujarlas cutre mente en un trozo de papel y pegarlas, emulando ser Perico Delgado. Arrastrando el pie por la arena, se dibujaba un circuito que los participantes tenían la obligación de pasar, sin salirse, en rodas de tres tiros por jugada, La técnica que lograbas alcanzar era impresionante, haciendo girar la chapa sobre su canto para realizar las curvas. Hoy en día, en algunos parques de Salamanca, he visto ya circuitos echos de cemento, con sus terraplenes, curvas, y hasta “boxes”. Claro está, que ya los chavales no emulan a Indurain sino a Alonso. Los tiempos cambian, pero la base y el divertimento es el mismo, aunque no la afición, porque hoy en día pocos son los que lo practican.