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ALDEASECA DE LA FRONTERA: No era mi intencion enfadarte ni ofenderte, solo era...

DE LOS ROBOS EN ALDEASECA

-Antes de emitir algunas reflexiones sobre los robos en Aldeaseca, hago, con el permiso de “YO”, un preámbulo aclaratorio a su afectuoso, afable y cordial reproche a cerca de la extensión de mis escritos.

-Admito que en ocasiones, y no son actos de arrepentimiento ni de contrición ni tampoco promesas de enmienda, más bien un momento coyuntural de sanos reconocimiento y reflexión, que mis relatos son extensos, pero la parquedad y laconismo en las expresiones, tanto orales como escritas, no son parte constitutiva y definitoria de mi personalidad, o quizá por mi cortedad de agudeza e ingenio, no esté facultado para aplicar en favor de la comprensión, las excelentes virtudes de la economía y ahorro de las palabras y brevedad de las expresiones.

-Cuando los recuerdos, emociones y sentimientos de tiempos pasados me bullen y me brotan con vigor, fortaleza y energía --, que es lo que me produce deleite, y no una vana, desbordada y vanidosa condición personal--, son difíciles de contenerlos y no poseo la facultad y virtud para ello, -y me gustaría-, de, a través de un lenguaje concreto, conciso y lacónico, comprimirlos y sintetizarlos.

- Ello es el motivo de mis largos escritos, teniendo que emplear una escritura con circunloquios o rodeos de palabras para poderme expresar. ¡Qué se le va a hacer! Me pasa como en la fábula del escorpión y la rana. Es mi condición. Ya la contaré en próxima ocasión. No obstante, sinceramente, te quedo muy agradecido.

-En cuanto a los robos. Es muy preocupante la ola de robos que, según nos cuentan con lógica y legítima preocupación BEATRIZ, YO, ALDEASECA DE LA FRONTERA Y HASTA LOS HUEVOS, se están produciendo últimamente en el pueblo y la preocupación, desasosiego y temor que ello genera, llegando a afectar y alterar el sueño, como bien dice quien firma como “Aldeaseca de la Frontera”. Y no es para menos, porque yo temo que algún día vaya al pueblo y me encuentre mi casa desvalijada o saqueada, inquietud que se apodera de mí siempre que cierro mi casa en uno o en otro lugar por cualquier motivo de desplazamiento.

- Digo desvalijada o saqueada, pero así mismo bien pudiera suceder, como en distintos casos los medios de información han publicado recientemente, invadiéndolas e instalándose impunemente en ellas los tristemente célebres “ocupas”-, me niego a escribirlo con “k”-, “ocupas” como digo, de culturas e ideologías diversas con reivindicaciones de no sé qué bastardos y espurios derechos, aplaudidos y aupados por algunos sectores “sociales” e incluso con alguna soslayada, disimulada y connivente protección y pasividad de jueces, con el consiguiente trastorno y extorsión que conlleva la demostración después, de la titularidad para el uso nuevamente de lo que es tu propiedad, según todas las bendiciones y cánones legales establecidos y exigidos para ello.

-La impunidad es una falsa moneda de gran y extendida circulación, concedida actualmente a los transgresores habituales de las normas legales de convivencia social que los autoriza y los concede a modo de bula, licencia y libertad de movimientos para el desarrollo de sus acciones con patente de corso, ante la indefensión del ciudadano de quienes tienen la obligación y el deber de protegerlos, ampararlos y defenderlos, y… ¡no es así!, como creo que está en la mente, si no de todos, sí de la inmensa mayoría. Y como apoyo y base a lo que digo, me remito al reportaje que últimamente ofreció un medio televisivo, de cómo varios municipios de Extremadura y Andalucía, ante la falta de protección oficial, previas denuncias al efecto, han formado grupos o cuadrillas vecinales de vigilancia debido a los constantes robos de sus cosechas de aceitunas y de animales en granjas,-movilización, no obstante, que puede desmandarse por la situación del momento y que se produzcan, por la elevada excitación y acaloramiento propios del caso, acontecimientos de consecuencias irreparables para algún ciudadano en defensa de sus legítimos intereses, en ausencia de quienes están ineludible e ineluctablemente obligados a dársela.

- ¡Oh tiempos!, ¡Oh costumbres!, -- ¡felices ellos!--, vividos en el pueblo por quien esto escribe, y que bien pudieran causar extrañeza su realidad a la última generación como relatos extraídos de la ficción y fantasía, cuando existían los sagrados, santos y generalizados hábitos y tradiciones, cuando un vecino salía de su casa a realizar alguna gestión dentro del pueblo, de dejar la puerta abierta de su vivienda con la plena seguridad y confianza que nadie del pueblo le iba a robar. Y si cualquier vecino tenía necesidad de acudir bien a solicitar algún servicio del propietario de esa casa abierta, bien a realizar alguna visita de cortesía o bien a un intercambio de pareceres y cháchara, entraba reclamando la presencia del dueño, a la vez que anunciaba su presencia, con un --“ ¿QUIÉN VIVE? ¿HAY ALGUIEN?”--, y si no recibía respuesta, abandonaba la casa con aquellas puertas de madera de doble hoja, que al menor empujón cedían, donde tenían acoplado un rudimentario sistema de seguridad, en contraposición a los sofisticados medios de seguridad actuales, consistente en unas trancas de cierre interior y la cerradura de uso externo e interno con una basta y tosca llave, hoy pieza de algún museo-.

-A tenor del escrito por “HASTA LOS HUEVOS”, -- ¡anda majo, podías haber elegido otro pseudónimo!--, intuyo que el personaje en cuestión y sus secuaces, son aparente y presuntamente conocidos. Aunque corroboro lo que en tu escrito expones, sí que sería prudente la concesión de presunción de inocencia y estar ojo avizor para su captura y luego que actúe la justicia, aunque visto lo visto, leído lo leído y oído lo oído constantemente, me da pie a tener mis justas y legítimas dudas y reservas al respecto sobre la aplicación de la ley.

-Porque una vez capturados, juzgados y condenados ¿existe una proporcionalidad entre el daño recibido por un ciudadano en un acto ilegal o criminal y el daño producido en el castigo. La “LEY DEL TALIÓN” se refiere a un principio jurídico de justicia retributiva, siendo la expresión más significativa, contundente y conocida donde engloba toda su ley de “ojo por ojo y diente por diente”.

-Haciendo un símil médico, diré que para que nuestro organismo esté sano y saludable, exento de enfermedades y en las mejores condiciones de una vida feliz y plena de calidad, la prevención, atención, y cuidado de nuestro cuerpo a ser invadido por agentes extraños que nos causaran daños y males, son los garantes y avalista para su defensa y para que ello se cumpla, y si a pesar del empeño, persistencia y constancia en la detección de la enfermedad, aplicando las terapias adecuadas y aconsejadas al efecto, continuara y se agravara, yo creo desde mi profana y lega perspectiva, que a esa parte dañada habría que aplicarla procedimientos drásticos y contundentes en beneficio del conjunto o miembros sanos del cuerpo. A veces, por desidia y negligencia se llega a destiempo y todo el cuerpo, invadido y contagiado por la enfermedad, “—metástasis dicen que tiene—“, triste y dolorosamente muere, y llegó el momento para todos del llanto y crujir de dientes, (Mateo 13,42). Job en la historia fue único, “taliones” han sido, son y serán infinitos.

-Por cierto, que cuando termino este escrito, en una llamada rutinaria y habitual con mi familia, me comunican que se ha producido otro asalto a un domicilio ubicado en la plaza, creo y según me cuentan que es la casa de mi tía Helena,--perdón por la “h”--. ¿Conclusiones, razonamientos y criterios? Infinitos, infinitos e infinitos. Ante ello y la persistencia en la transgresión, ¿qué sería lo justo, lo ideal, lo legítimo, lo conveniente en bien de la sociedad, en bien del conjunto?, ¿la aplicación del principio de “dura lex, sed lex ” o la “ley del talión”? Tema para debate muy amplio ¿eh? Saludos.

¡PAZ Y BIEN!

Paco García Sánchez.- Valladolid (Hoy llama a las puertas el frío siberiano)

No era mi intencion enfadarte ni ofenderte, solo era una opinion. De todas formas mis disculpas espero que aceptes. GRACIAS.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
-Naturalmente, "YO", que no han existido afrentas ni agravios por tu parte, y jamás he considerado tu mensaje como ofensivo, ¡ni mucho menos! ¡Por Dios!, y acepto con buen talante y disposición, y es de agradecer, el contenido de tu escrito. Únicamente he intentado justificar, si cabe, la extensión de mis escritos. De todas las críticas y opiniones se aprenden y extraen grandes enseñanzas. Que tengas ¡Feliz Navidad!. Saludos

¡PAZ Y BIEN!

Paco García Sánchez.- Valladolid (Con muchísimo frio)